JESUCRISTO, ¿HIJO DE DIOS? (PARTE 1)
Autor: Dr. Laurence B. Brown, graduado de la Universidad Cornell, la
Facultad de Medicina de la Universidad Brown y el programa de residencia del
Hospital Universitario George Washington; cirujano oftalmólogo, oficial
retirado de la Fuerza Aérea, director médico y jefe de un importante hospital
del ojo. También es Ministro Interreligioso ordenado con un doctorado en
teología y otro en religión, y autor de varios libros de religión comparada y
ficción histórica.
Una de las diferencias más impactantes entre un gato y
una
mentira, es que un gato solo tiene nueve vidas.
—Mark Twain,
Pudd’nhead Wilson’s Calendar
[El Calendario de Cabezahueca
Wilson].
¿Hijo de Dios, hijo de David, o hijo
del Hombre? Jesús es identificado como “hijo de David” 14 veces en el Nuevo
Testamento, comenzando con su primer versículo (Mateo 1:1). El Evangelio de
Lucas documenta 41 generaciones entre Jesús y David, mientras que Mateo lista
26. Jesús, un descendiente lejano, sólo puede llevar el título de “hijo de
David” metafóricamente. Pero, ¿cómo debemos entender entonces el título “Hijo
de Dios”?
El “trilema”, una propuesta común de
los misioneros cristianos, establece que Jesús sólo pudo ser un loco, un
mentiroso, o el Hijo de Dios, tal y como declaró ser. Para esclarecer el tema,
acordemos que Jesús no fue un lunático ni un mentiroso. Acordemos también que
él fue precisamente lo que declaró
ser. ¿Pero qué es eso exactamente? Jesús se llamó a sí mismo “Hijo del Hombre”
frecuentemente, consistentemente, quizás incluso enfáticamente; pero, ¿dónde se
llamó él mismo “Hijo de Dios”?
Retrocedamos. ¿Qué quiere decir “Hijo
de Dios” en primer lugar? Ninguna secta cristiana legítima sugiere que Dios
tomó una esposa y tuvo un hijo, y muy seguramente a nadie se le ocurre que Dios
haya tenido un hijo con una madre humana fuera
del matrimonio. Además, sugerir que Dios se unió físicamente con un elemento de
Su creación va más allá de los límites de la tolerancia religiosa, al punto de
caer en picada del acantilado de la blasfemia, siguiendo la mitología de los
griegos.
Al no haber explicación racional
dentro de los dogmas de la doctrina cristiana, la única vía para cerrar el tema
es declarar otro misterio doctrinal. Aquí es donde el musulmán recuerda la
pregunta planteada en el Corán: “¿Cómo
podría tener un hijo si no tiene compañera y Él es Quien ha creado todo?”
(TSC 6:101); mientras otros gritan “¡pero Dios todo lo puede!”, la posición
islámica, sin embargo, es que Dios no hace cosas inapropiadas, sólo cosas Divinas. En el punto de vista islámico,
el carácter de Dios forma un conjunto integral con Su ser y consistente con Su
majestad.
Entonces, de nuevo, ¿qué significa
“Hijo de Dios”? Y si Jesucristo tiene derechos exclusivos sobre ese título,
¿por qué la Biblia registra: “Yo (Dios) soy el padre de Israel; mi primogénito
es Efraín (es decir, Israel)” (Jeremías 31:9 NIV); y: “Jehová ha dicho así:
Israel es mi hijo, mi primogénito” (Éxodo 4:22)? Tomando esto en el contexto de
Romanos 8:14, que dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de
Dios, estos son hijos de Dios”, muchos eruditos concluyen que “Hijo de Dios” es
metafórico y, al igual que con christos,
no implica exclusividad. Después de todo, The
Oxford Dictionary of the Jewish Religion [Diccionario Oxford de la Religión
Judía] confirma que en la terminología religiosa judía “Hijo de Dios” es
claramente metafórico. Para citar: “Hijo de Dios, término hallado
ocasionalmente en la literatura judía, bíblica y postbíblica, pero que en
ningún momento da a entender descendencia física de la Divinidad”1.
El Dictionary of The Bible
[Diccionario de la Biblia] de Hasting comenta:
En semítico, el concepto de
“descendencia” es ampliamente utilizado para denotar relación moral en lugar de
física o metafísica. Así, “hijos de Belial” (Jueces 19:22, etc.) son hombres
malvados, no descendientes de Belial; y en el Nuevo Testamento los “niños de la
cámara de la novia”2 son invitados a la boda. De modo que un “hijo
de Dios” es un hombre, o incluso un pueblo, que refleja el carácter de Dios.
Hay poca evidencia de que el título fuera utilizado en círculos judíos del
Mesías, y una descendencia que implicara más que una relación moral sería
contraria al monoteísmo judío3.
Y en cualquier caso, la lista de candidatos para “hijo de
Dios” comienza con Adán, según Lucas 3:38: “hijo de Adán, hijo de Dios”.
Aquellos que refutan citando Mateo 3:17 (“Y hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”)4 han
pasado por alto el hecho de que la Biblia describe a mucha gente, incluyendo a Israel
y a Adán, como “hijos de Dios”. Tanto en 2 Samuel 7:13-14 como en 1 Crónicas
22:10 se lee: “Él (Salomón) edificará casa a Mi nombre y Yo estableceré su
trono por siempre. Yo le seré a él padre y él Me será a Mí hijo”. Naciones
enteras son llamadas como hijos o niños de Dios. Entre ellas:
- Génesis 6:2, “que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres…”.
- Génesis 6:4, “Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres…”.
- Deuteronomio 14:1, “Hijos sois de Jehová vuestro Dios”.
- Job 1:6, “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios…”.
- Job 2:1, “Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová…”.
- Job 38:7, “Cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?”
- Filipenses 2:15, “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa…”.
- 1 Juan 3:1-2, “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios… Amados, ahora somos hijos de Dios…”.
En Mateo 5:9 Jesús dice: “Bienaventurados los pacificadores,
porque ellos serán llamados hijos de Dios”.
Más adelante, en Mateo 5:45, Jesús indicó a sus seguidores que cultivaran los
atributos nobles “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los
cielos”. No su padre exclusivamente,
sino el padre de ellos…
Notas
1
Werblowsky, R. J. Zwi; y Wigoder, Geoffrey. p. 653.
2
En inglés “children of the bridechamber”,
se refiere a los familiares y amigos más cercanos de los novios, que en la
cultura judía eran los encargados de amoblar y decorar la cámara nupcial. Esta
metáfora aparece en la Biblia King James en Mateo 9:15, Marcos 2:19 y Lucas
5:34 [N. del T.]
3
Hastings, James. Dictionary of The Bible
[Diccionario Bíblico]. p. 143.
4
Hoy en día es ampliamente aceptado que Mateo 3:17 es un pasaje que no se
remonta a los tiempos de Jesús, sino que fue un añadido muy posterior. En los
debates suscitados respecto a la Trinidad en el Concilio de Nicea, y en los
textos de los Padres de la Iglesia, no aparece jamás alusión alguna a tal
pasaje. En las ediciones más actualizadas de la Biblia ha sido removido. 1 Juan
5:7-8, otra cita utilizada para defender la doctrina de la Trinidad, también es
casi en su totalidad un añadido posterior. Otras citas que han sido removidas
por no encontrarse en los manuscritos más antiguos son Mateo 17:21 y Juan 5:4.
[N. del T.]
Jesucristo, ¿Hijo de Dios? (Parte 2):
¿“Hijo” o “Siervo”?
El clero cristiano reconoce
abiertamente lo anterior; pero declara que, aunque Jesús jamás se llamó a sí
mismo “hijo de Dios”, otros lo hicieron. Esto también tiene su respuesta.
Investigando los manuscritos que
conforman el Nuevo Testamento, uno encuentra que la alegada “filiación” de
Jesús está basada en la mala traducción de dos palabras griegas: pais y huios, siendo que ambas pueden
traducirse como “hijo”. Sin embargo, esta traducción no parece honesta. La
palabra griega pais deriva del ebed hebreo, que tiene el significado
primario de “siervo” o “esclavo”. Por ello, la traducción primaria de país theou es “siervo de Dios”, siendo
“niño” o “hijo de Dios” un ornamento extravagante. De acuerdo con el Theological Dictionary of the New Testament
[Diccionario Teológico del Nuevo Testamento], “el hebreo original de pais en la frase pais theou, es decir, ebed
enfatiza una relación personal y tiene el primer sentido de ‘siervo’”1.
Esto resulta aún más interesante porque encaja perfectamente con la profecía de
Isaías 42:1, sostenida en Mateo 12:18: “He aquí mi siervo [del griego pais] a quien he escogido, Mi Amado, en
quien se agrada mi alma…”.
No importa si la persona lee la King James Version [Versión Rey Jacobo],
New King James Version [Nueva Versión
Rey Jacobo], New Revised Standard Version
[Nueva Versión Estándar Revisada], o New
International Version [Nueva Versión Internacional], la palabra es “siervo”
en todos los casos. Considerando que el propósito de la revelación es dejar
clara la verdad de Dios, uno podría pensar que este pasaje es un lunar feo en
la cara de la doctrina de la filiación divina. Después de todo, ¿qué mejor
lugar para que Dios hubiera declarado a Jesús como Su hijo? ¿Qué mejor lugar
para haber dicho “he aquí Mi hijo a quien he engendrado…”? Pero Él no dijo eso. En lo que respecta a este
asunto, la doctrina carece de soporte bíblico en las palabras registradas de
Jesús y de Dios, y hay una buena razón para preguntarse por qué. A menos que
Jesús no fuera más que el siervo de Dios, como describe este pasaje.
Respecto al uso religioso de la
palabra ebed, “el término sirve como
una expresión de humildad utilizada por los justos frente a Dios”2.
Además, “después del año 100 a.C. pais
theou generalmente significaba “siervo de Dios”, como cuando es aplicado a
Moisés, los Profetas, o los tres niños (Baruc 1:20; 2:20; Daniel 9:35)”3.
Una persona puede fácilmente caer en tierras movedizas doctrinales respecto a
este punto, puesto que de las 8 menciones de pais theou en el Nuevo Testamento, sólo 5 se refieren a Jesús
(Mateo 12:18; Hechos 3:13 y 26; 4:27 y 30), las otras 3 están divididas entre
Israel (Lucas 1:54) y David (Lucas 1:69; Hechos 4:25). De modo que Jesús no
tiene derechos exclusivos sobre este título, y los expertos concluyen: “En las
escasas ocasiones en que Jesús es llamado pais
theou obviamente tenemos una tradición temprana”4.
Además, la traducción, si es
imparcial, debería ser igual –todos los individuos etiquetados como pais theou en griego deberían ser
idénticos en la traducción–. Este, sin embargo, no es el caso. Mientras que pais ha sido traducido como “siervo” en
referencia a Israel y a David en los versículos antes mencionados, es traducido
como “Hijo” o “niño santo” en referencia a Jesús. Este tratamiento preferencial
es consistente canónicamente, pero defectuoso lógicamente.
Finalmente, un paralelo interesante,
si no crucial, está al descubierto: “Mientras la frase griega pais tou theou, ‘siervo de Dios’ tiene
exactamente la misma connotación en el nombre musulmán Abdallah –el ‘siervo de Allah’–”5.
La simetría es aún más sorprendente,
en cuanto que el Sagrado Corán relata que Jesús se identificó a sí mismo de esa
forma –Abdallah (abd es la palabra
árabe para “esclavo” o “siervo”, Abd-Allah [también pronunciado “Abdullah”]
significa “esclavo o siervo de Allah”). De acuerdo con el relato, cuando María
regresó con su familia llevando a Jesús recién nacido, ellos la acusaron de
fornicación. Hablando desde la cuna en un milagro que dio credibilidad a sus
declaraciones, el bebé Jesús defendió la virtud de su madre con las palabras “Inni Abdullah…”, lo que significa “Por
cierto que soy el siervo de Allah…” (TSC 19:30).
La traducción en el Nuevo Testamento
del griego huios a “hijo” (en el
sentido literal de la palabra) es igualmente defectuosa. En la página 1210 del Theological Dictionary of the New Testament
[Diccionario Teológico del Nuevo Testamento] de Kittel y Friedrich, el
significado de huios va desde el
literal (Jesús el hijo de María), al ligeramente metafórico (los creyentes son
hijos del rey [Mateo 17:25-26]), al cortésmente metafórico (los elegidos por
Dios son hijos de Abraham [Lucas 19:9]), al coloquialmente metafórico
(creyentes como hijos de Dios [Mateo 7:9 y Hebreos 12:5]), al espiritualmente
metafórico (estudiantes como hijos de los Fariseos [Mateo 12:27, Hechos 23:6]),
al biológicamente metafórico (como en Juan 19:26, donde Jesús le describe su
discípulo favorito a María como “su hijo”), al oscuramente metafórico como
“hijos del reino” (Mateo 8:12), “hijos de paz” (Lucas 10:6), “hijos de luz”
(Lucas 16:8), y de todo, desde “hijos de este mundo” (Lucas 16:8)6(NE)
a “hijos del trueno” (Marcos 3:17). Es como si esta palabra incomprendida para
“hijo” estuviera ondeando una gran bandera con letras enormes que leen:
¡METÁFORA! O como pone Stanton elocuentemente: “La mayoría de los eruditos
están de acuerdo en que la palabra aramea o hebrea detrás de ‘hijo’ es
‘siervo’. Así como el Espíritu desciende sobre Jesús en su bautismo, Jesús es
conducido por la voz desde el cielo en términos de Isaías 42:1: ‘He aquí Mi
siervo… Mi escogido… he puesto sobre él Mi Espíritu’. De modo que aunque Marcos
1:11 y 9:7 aseguran que Jesús es llamado por Dios para una tarea mesiánica
especial, el énfasis es sobre el papel de Jesús como el siervo ungido, y no
como el Hijo de Dios”7.
Si desea más información sobre este
tema puede leer en línea o descargar el libro ¿Desviados? del siguiente link:
http://www.leveltruth.com/books_downloads.html
Copyright © 2007 Laurence B. Brown
Se concede permiso para la
reproducción libre y sin restricciones; siempre y cuando se reproduzca en su
totalidad, sin omisiones, adiciones o modificaciones.
Notas
1
Kittel, Gerhard y Friedrich, Gerhard. p. 763.
2
Ibíd.
3
Kittel, Gerhard y Friedrich, Gerhard. p. 765.
4 Ibíd. p. 767.
5 Carmichael, Joel. pp. 255-6.
6 En inglés “children
of this world”, tal y como aparece en la King James. La traducción “hijos de este mundo” se lee en la Biblia
de Ausejo (Editorial Herder, 1975). En la Reina-Valera 1960 y en la Nácar-
Colunga aparece “hijos de este siglo”. La NVI dice “los de este mundo”. [N. del
T.]
7 Stanton, Graham N. p. 225.