miércoles, 28 de diciembre de 2022

Jesucristo, ¿Hijo de Dios?

JESUCRISTO, ¿HIJO DE DIOS? (PARTE 1)

Autor: Dr. Laurence B. Brown, graduado de la Universidad Cornell, la Facultad de Medicina de la Universidad Brown y el programa de residencia del Hospital Universitario George Washington; cirujano oftalmólogo, oficial retirado de la Fuerza Aérea, director médico y jefe de un importante hospital del ojo. También es Ministro Interreligioso ordenado con un doctorado en teología y otro en religión, y autor de varios libros de religión comparada y ficción histórica.


Una de las diferencias más impactantes entre un gato y una

mentira, es que un gato solo tiene nueve vidas.

—Mark Twain, Pudd’nhead Wilson’s Calendar

[El Calendario de Cabezahueca Wilson].

¿Hijo de Dios, hijo de David, o hijo del Hombre? Jesús es identificado como “hijo de David” 14 veces en el Nuevo Testamento, comenzando con su primer versículo (Mateo 1:1). El Evangelio de Lucas documenta 41 generaciones entre Jesús y David, mientras que Mateo lista 26. Jesús, un descendiente lejano, sólo puede llevar el título de “hijo de David” metafóricamente. Pero, ¿cómo debemos entender entonces el título “Hijo de Dios”?

El “trilema”, una propuesta común de los misioneros cristianos, establece que Jesús sólo pudo ser un loco, un mentiroso, o el Hijo de Dios, tal y como declaró ser. Para esclarecer el tema, acordemos que Jesús no fue un lunático ni un mentiroso. Acordemos también que él fue precisamente lo que declaró ser. ¿Pero qué es eso exactamente? Jesús se llamó a sí mismo “Hijo del Hombre” frecuentemente, consistentemente, quizás incluso enfáticamente; pero, ¿dónde se llamó él mismo “Hijo de Dios”?

Retrocedamos. ¿Qué quiere decir “Hijo de Dios” en primer lugar? Ninguna secta cristiana legítima sugiere que Dios tomó una esposa y tuvo un hijo, y muy seguramente a nadie se le ocurre que Dios haya tenido un hijo con una madre humana fuera del matrimonio. Además, sugerir que Dios se unió físicamente con un elemento de Su creación va más allá de los límites de la tolerancia religiosa, al punto de caer en picada del acantilado de la blasfemia, siguiendo la mitología de los griegos.

Al no haber explicación racional dentro de los dogmas de la doctrina cristiana, la única vía para cerrar el tema es declarar otro misterio doctrinal. Aquí es donde el musulmán recuerda la pregunta planteada en el Corán: “¿Cómo podría tener un hijo si no tiene compañera y Él es Quien ha creado todo?” (TSC 6:101); mientras otros gritan “¡pero Dios todo lo puede!”, la posición islámica, sin embargo, es que Dios no hace cosas inapropiadas, sólo cosas Divinas. En el punto de vista islámico, el carácter de Dios forma un conjunto integral con Su ser y consistente con Su majestad.

Entonces, de nuevo, ¿qué significa “Hijo de Dios”? Y si Jesucristo tiene derechos exclusivos sobre ese título, ¿por qué la Biblia registra: “Yo (Dios) soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín (es decir, Israel)” (Jeremías 31:9 NIV); y: “Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito” (Éxodo 4:22)? Tomando esto en el contexto de Romanos 8:14, que dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”, muchos eruditos concluyen que “Hijo de Dios” es metafórico y, al igual que con christos, no implica exclusividad. Después de todo, The Oxford Dictionary of the Jewish Religion [Diccionario Oxford de la Religión Judía] confirma que en la terminología religiosa judía “Hijo de Dios” es claramente metafórico. Para citar: “Hijo de Dios, término hallado ocasionalmente en la literatura judía, bíblica y postbíblica, pero que en ningún momento da a entender descendencia física de la Divinidad”1. El Dictionary of The Bible [Diccionario de la Biblia] de Hasting comenta:

En semítico, el concepto de “descendencia” es ampliamente utilizado para denotar relación moral en lugar de física o metafísica. Así, “hijos de Belial” (Jueces 19:22, etc.) son hombres malvados, no descendientes de Belial; y en el Nuevo Testamento los “niños de la cámara de la novia”2 son invitados a la boda. De modo que un “hijo de Dios” es un hombre, o incluso un pueblo, que refleja el carácter de Dios. Hay poca evidencia de que el título fuera utilizado en círculos judíos del Mesías, y una descendencia que implicara más que una relación moral sería contraria al monoteísmo judío3.



Y en cualquier caso, la lista de candidatos para “hijo de Dios” comienza con Adán, según Lucas 3:38: “hijo de Adán, hijo de Dios”. Aquellos que refutan citando Mateo 3:17 (“Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”)4 han pasado por alto el hecho de que la Biblia describe a mucha gente, incluyendo a Israel y a Adán, como “hijos de Dios”. Tanto en 2 Samuel 7:13-14 como en 1 Crónicas 22:10 se lee: “Él (Salomón) edificará casa a Mi nombre y Yo estableceré su trono por siempre. Yo le seré a él padre y él Me será a Mí hijo”. Naciones enteras son llamadas como hijos o niños de Dios. Entre ellas:

  1. Génesis 6:2, “que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres…”.
  2. Génesis 6:4, “Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres…”.
  3. Deuteronomio 14:1, “Hijos sois de Jehová vuestro Dios”.
  4. Job 1:6, “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios…”.
  5. Job 2:1, “Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová…”.
  6. Job 38:7, “Cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?”
  7. Filipenses 2:15, “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa…”.
  8. 1 Juan 3:1-2, “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios… Amados, ahora somos hijos de Dios…”.

En Mateo 5:9 Jesús dice: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. Más adelante, en Mateo 5:45, Jesús indicó a sus seguidores que cultivaran los atributos nobles “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos”. No su padre exclusivamente, sino el padre de ellos

Notas

1 Werblowsky, R. J. Zwi; y Wigoder, Geoffrey. p. 653.

2 En inglés “children of the bridechamber”, se refiere a los familiares y amigos más cercanos de los novios, que en la cultura judía eran los encargados de amoblar y decorar la cámara nupcial. Esta metáfora aparece en la Biblia King James en Mateo 9:15, Marcos 2:19 y Lucas 5:34 [N. del T.]

3 Hastings, James. Dictionary of The Bible [Diccionario Bíblico]. p. 143.

4 Hoy en día es ampliamente aceptado que Mateo 3:17 es un pasaje que no se remonta a los tiempos de Jesús, sino que fue un añadido muy posterior. En los debates suscitados respecto a la Trinidad en el Concilio de Nicea, y en los textos de los Padres de la Iglesia, no aparece jamás alusión alguna a tal pasaje. En las ediciones más actualizadas de la Biblia ha sido removido. 1 Juan 5:7-8, otra cita utilizada para defender la doctrina de la Trinidad, también es casi en su totalidad un añadido posterior. Otras citas que han sido removidas por no encontrarse en los manuscritos más antiguos son Mateo 17:21 y Juan 5:4. [N. del T.]


Jesucristo, ¿Hijo de Dios? (Parte 2):

¿“Hijo” o “Siervo”?


El clero cristiano reconoce abiertamente lo anterior; pero declara que, aunque Jesús jamás se llamó a sí mismo “hijo de Dios”, otros lo hicieron. Esto también tiene su respuesta.

Investigando los manuscritos que conforman el Nuevo Testamento, uno encuentra que la alegada “filiación” de Jesús está basada en la mala traducción de dos palabras griegas: pais y huios, siendo que ambas pueden traducirse como “hijo”. Sin embargo, esta traducción no parece honesta. La palabra griega pais deriva del ebed hebreo, que tiene el significado primario de “siervo” o “esclavo”. Por ello, la traducción primaria de país theou es “siervo de Dios”, siendo “niño” o “hijo de Dios” un ornamento extravagante. De acuerdo con el Theological Dictionary of the New Testament [Diccionario Teológico del Nuevo Testamento], “el hebreo original de pais en la frase pais theou, es decir, ebed enfatiza una relación personal y tiene el primer sentido de ‘siervo’”1. Esto resulta aún más interesante porque encaja perfectamente con la profecía de Isaías 42:1, sostenida en Mateo 12:18: “He aquí mi siervo [del griego pais] a quien he escogido, Mi Amado, en quien se agrada mi alma…”.

No importa si la persona lee la King James Version [Versión Rey Jacobo], New King James Version [Nueva Versión Rey Jacobo], New Revised Standard Version [Nueva Versión Estándar Revisada], o New International Version [Nueva Versión Internacional], la palabra es “siervo” en todos los casos. Considerando que el propósito de la revelación es dejar clara la verdad de Dios, uno podría pensar que este pasaje es un lunar feo en la cara de la doctrina de la filiación divina. Después de todo, ¿qué mejor lugar para que Dios hubiera declarado a Jesús como Su hijo? ¿Qué mejor lugar para haber dicho “he aquí Mi hijo a quien he engendrado…”? Pero Él no dijo eso. En lo que respecta a este asunto, la doctrina carece de soporte bíblico en las palabras registradas de Jesús y de Dios, y hay una buena razón para preguntarse por qué. A menos que Jesús no fuera más que el siervo de Dios, como describe este pasaje.

Respecto al uso religioso de la palabra ebed, “el término sirve como una expresión de humildad utilizada por los justos frente a Dios”2. Además, “después del año 100 a.C. pais theou generalmente significaba “siervo de Dios”, como cuando es aplicado a Moisés, los Profetas, o los tres niños (Baruc 1:20; 2:20; Daniel 9:35)”3. Una persona puede fácilmente caer en tierras movedizas doctrinales respecto a este punto, puesto que de las 8 menciones de pais theou en el Nuevo Testamento, sólo 5 se refieren a Jesús (Mateo 12:18; Hechos 3:13 y 26; 4:27 y 30), las otras 3 están divididas entre Israel (Lucas 1:54) y David (Lucas 1:69; Hechos 4:25). De modo que Jesús no tiene derechos exclusivos sobre este título, y los expertos concluyen: “En las escasas ocasiones en que Jesús es llamado pais theou obviamente tenemos una tradición temprana”4.

Además, la traducción, si es imparcial, debería ser igual –todos los individuos etiquetados como pais theou en griego deberían ser idénticos en la traducción–. Este, sin embargo, no es el caso. Mientras que pais ha sido traducido como “siervo” en referencia a Israel y a David en los versículos antes mencionados, es traducido como “Hijo” o “niño santo” en referencia a Jesús. Este tratamiento preferencial es consistente canónicamente, pero defectuoso lógicamente.

Finalmente, un paralelo interesante, si no crucial, está al descubierto: “Mientras la frase griega pais tou theou, ‘siervo de Dios’ tiene exactamente la misma connotación en el nombre musulmán Abdallah –el ‘siervo de Allah’–”5.

La simetría es aún más sorprendente, en cuanto que el Sagrado Corán relata que Jesús se identificó a sí mismo de esa forma –Abdallah (abd es la palabra árabe para “esclavo” o “siervo”, Abd-Allah [también pronunciado “Abdullah”] significa “esclavo o siervo de Allah”). De acuerdo con el relato, cuando María regresó con su familia llevando a Jesús recién nacido, ellos la acusaron de fornicación. Hablando desde la cuna en un milagro que dio credibilidad a sus declaraciones, el bebé Jesús defendió la virtud de su madre con las palabras “Inni Abdullah…”, lo que significa “Por cierto que soy el siervo de Allah…” (TSC 19:30).

La traducción en el Nuevo Testamento del griego huios a “hijo” (en el sentido literal de la palabra) es igualmente defectuosa. En la página 1210 del Theological Dictionary of the New Testament [Diccionario Teológico del Nuevo Testamento] de Kittel y Friedrich, el significado de huios va desde el literal (Jesús el hijo de María), al ligeramente metafórico (los creyentes son hijos del rey [Mateo 17:25-26]), al cortésmente metafórico (los elegidos por Dios son hijos de Abraham [Lucas 19:9]), al coloquialmente metafórico (creyentes como hijos de Dios [Mateo 7:9 y Hebreos 12:5]), al espiritualmente metafórico (estudiantes como hijos de los Fariseos [Mateo 12:27, Hechos 23:6]), al biológicamente metafórico (como en Juan 19:26, donde Jesús le describe su discípulo favorito a María como “su hijo”), al oscuramente metafórico como “hijos del reino” (Mateo 8:12), “hijos de paz” (Lucas 10:6), “hijos de luz” (Lucas 16:8), y de todo, desde “hijos de este mundo” (Lucas 16:8)6(NE) a “hijos del trueno” (Marcos 3:17). Es como si esta palabra incomprendida para “hijo” estuviera ondeando una gran bandera con letras enormes que leen: ¡METÁFORA! O como pone Stanton elocuentemente: “La mayoría de los eruditos están de acuerdo en que la palabra aramea o hebrea detrás de ‘hijo’ es ‘siervo’. Así como el Espíritu desciende sobre Jesús en su bautismo, Jesús es conducido por la voz desde el cielo en términos de Isaías 42:1: ‘He aquí Mi siervo… Mi escogido… he puesto sobre él Mi Espíritu’. De modo que aunque Marcos 1:11 y 9:7 aseguran que Jesús es llamado por Dios para una tarea mesiánica especial, el énfasis es sobre el papel de Jesús como el siervo ungido, y no como el Hijo de Dios”7.

Si desea más información sobre este tema puede leer en línea o descargar el libro ¿Desviados? del siguiente link:

http://www.leveltruth.com/books_downloads.html

Copyright © 2007 Laurence B. Brown

Se concede permiso para la reproducción libre y sin restricciones; siempre y cuando se reproduzca en su totalidad, sin omisiones, adiciones o modificaciones.

 

Notas

1 Kittel, Gerhard y Friedrich, Gerhard. p. 763.

2 Ibíd.

3 Kittel, Gerhard y Friedrich, Gerhard. p. 765.

4 Ibíd. p. 767.

5 Carmichael, Joel. pp. 255-6.

6 En inglés “children of this world”, tal y como aparece en la King James. La traducción “hijos de este mundo” se lee en la Biblia de Ausejo (Editorial Herder, 1975). En la Reina-Valera 1960 y en la Nácar- Colunga aparece “hijos de este siglo”. La NVI dice “los de este mundo”. [N. del T.]

7 Stanton, Graham N. p. 225.

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miércoles, 21 de diciembre de 2022

¿Divinidad de Jesús? Una indagación

 ¿DIVINIDAD DE JESÚS? UNA INDAGACIÓN

El hombre está hecho para adorar y obedecer; pero si no le das órdenes, si no le brindas nada qué adorar, él inventará sus propias deidades, y hallará un líder en sus propias pasiones.

—Benjamin Disraeli, Coningsby.

 


La diferencia crítica entre las enseñanzas de Jesús y la fórmula trinitaria está en elevar a Jesús al estatus divino, un estatus que Jesús negó en los evangelios:

“¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios”. (Mateo 19:17, Marcos 10:18, y Lucas 18:19)

“El Padre mayor es que yo”. (Juan 14:28)

“Nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo”. (Juan 8:28)

“De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo…”. (Juan 5:19)

“Pero yo lo conozco, porque de Él procedo, y Él me envió”. (Juan 7:29)

“El que me desecha a mí, desecha al que me envió”. (Lucas 10:16)

“Pero ahora voy al que me envió…”. (Juan 16:5)

“Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió”. (Juan 7:16)

“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar”. (Juan 12:49)1(NE)

¿Qué dice la teología paulina? Que Jesús es socio en la divinidad, Dios encarnado. Entonces, ¿a quién debemos creerle? Si a Jesús, entonces escuchemos lo que sea que él tiene para decir:

“Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es”. (Marcos 12:29)

“Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”. (Marcos 13:32)

“Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás”. (Lucas 4:8)

“Mi comida es que haga la voluntad del que me envió…”. (Juan 4:34)

“No puedo yo hacer nada por mí mismo… porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. (Juan 5:30)

“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. (Juan 6:38)

“Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió”. (Juan 7:16)

“Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”. (Juan 20:17)

Mis itálicas en los versículos anteriores no implican que Jesús habló con énfasis, aunque nadie puede asegurar con certeza que no lo hizo. Más bien, las itálicas subrayan el hecho de que Jesús no sólo nunca reclamó para sí divinidad, sino que sería el primero en negarlo. En las palabras de Joel Carmichael: “La idea de esta nueva religión, con él mismo como deidad, fue algo de lo que él [Jesucristo] jamás pudo haber tenido el indicio más leve. En palabras de Charles Guignebert, ‘ni siquiera cruzó por su mente’”2.


Entonces, si Jesús jamás declaró ser deidad, ¿qué fue él exactamente? Él mismo respondió esta pregunta:

“No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa”. (Marcos 6:4)

“Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa’”. (Mateo 13:57)

“No es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén”. (Lucas 13:33)

Aquellos que lo conocieron confesaron: “Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea” (Mateo 21:11); y: “Un gran profeta se ha levantado entre nosotros…” (Lucas 7:16). Los discípulos reconocieron a Jesús como “que fue varón profeta” (Lucas 24:19. Véase también Mateo 14:5, 21:46, y Juan 6:14). Si estas declaraciones fueran inexactas, ¿por qué Jesús no los corrigió? ¿Por qué no se autodefinió como deidad si, en realidad, era verdaderamente una deidad? Cuando la mujer en el pozo afirmó: “Señor, me parece que tú eres profeta” (Juan 4:19), ¿por qué no le agradeció su humilde impresión, pero le explicó que había más en su esencia que sólo profecía?

¿O no lo había?

¿Jesucristo, un mero hombre? ¿Podría ser? Una buena parte del mundo religiosamente introspectivo se pregunta, “¿por qué no?” Hechos 2:22 registra a Jesús como “Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis”. Jesús mismo es registrado diciendo: “Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad…” (Juan 8:40). Sorprendentemente, una cita similar se encuentra en el Sagrado Corán: “Entonces [Jesús] habló: Por cierto que soy el siervo de Allah. Él me revelará el Libro y hará de mí un Profeta” (TSC 19:30).


Entonces, ¿Jesús fue un siervo de Al-lah (es decir, siervo de Dios)? De acuerdo con la Biblia, sí. O al menos, es lo que se entiende de Mateo 12:18: “He aquí Mi siervo, a quien he escogido…”. Además, los Hechos de los Apóstoles trazan el crecimiento de la iglesia temprana durante los primeros 30 años que siguieron al ministerio de Jesús, pero en ningún lugar en Hechos los discípulos de Jesús llaman jamás “Dios” a Jesús. En su lugar, ellos se refieren a Jesús como hombre y como siervo de Dios
3.

De hecho, el único versículo del Nuevo Testamento que apoya la doctrina de la Encarnación es 1 Timoteo 3:164.

Sin embargo, en relación a este versículo (que declara que “Dios fue manifestado en carne”), Gibbon anota: “Esta fuerte expresión puede justificarse por el lenguaje de San Pablo (I Tim. 3:16), pero somos engañados por nuestras biblias modernas. La palabra quien fue cambiada por Dios en Constantinopla a comienzos del siglo VI: la frase real, que es visible en las versiones en latín y en siríaco, aún existe en los razonamientos de los padres griegos y latinos; y este fraude, junto con aquel de los tres testigos de San Juan, es admirablemente detectado por Sir Isaac Newton”5.

¿Fraude? Bueno… esta es una palabra fuerte. Pero si miramos a los eruditos más modernos, es una palabra bien aplicada, pues “algunos pasajes del Nuevo Testamento fueron modificados para enfatizar más precisamente que Jesús fue una deidad”6.

¿La Biblia fue modificada? ¿Por razones doctrinales? Difícil hallar una palabra más apropiada que “fraude”, dadas las circunstancias.

En un capítulo intitulado “Alteraciones Teológicamente Motivadas del Texto” en su libro Misquoting Jesus [Citando erróneamente a Jesús], el profesor Ehrman diserta sobre la corrupción de 1 Timoteo 3:16, que fue detectada no sólo por Sir Isaac Newton, sino también por el erudito del siglo XVIII, Johann J. Wettstein. En palabras de Ehrman: “Un escriba tardío ha alterado el texto original, de modo que ya no se lee ‘quien’ sino ‘Dios’ (manifestado en carne). En otras palabras, este corrector tardío cambió el texto en esta forma para acentuar la divinidad de Cristo… Nuestros mejores y más antiguos manuscritos, sin embargo, hablan de Cristo ‘quien’ fue manifestado en carne, sin llamar a Jesús, explícitamente, Dios”7.

Ehrman subraya que esta corrupción es evidente en cinco manuscritos griegos tempranos. En todo caso, fueron los manuscritos corruptos, y no los “más antiguos y mejores” los que llegaron a dominar tanto los manuscritos medievales como las traducciones al inglés antiguo8. En consecuencia, desde los tiempos medievales hasta hoy, los dogmas de la fe cristiana han sufrido la influencia corrupta de una iglesia más devota a la teología que a la realidad9.

Ehrman agrega: “Mientras Wettstein continuaba sus investigaciones, encontró otros pasajes típicamente utilizados para afirmar la doctrina de la divinidad de Cristo que de hecho representaban problemas textuales. Cuando esos problemas son resueltos con base en la crítica textual, en la mayoría de las instancias las referencias a la divinidad de Jesús desaparecen”10.

Dado lo anterior, no es de sorprender que el cristianismo del siglo XX se haya expandido para incluir a aquellos que niegan la supuesta divinidad de Jesús. Una señal significativa de este cambio es el siguiente reportaje del periódico londinense Daily News: “Más de la mitad de los obispos anglicanos ingleses dicen que los cristianos no están obligados a creer que Jesucristo fue Dios, según una encuesta publicada hoy”11. ¡Es digno de resaltar que no fue el mero clero el que fue encuestado, sino los obispos, dejando sin duda a muchos en sus congregaciones rascándose la cabeza y preguntándose quién cree, si no sus obispos!



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Notas:

1 Véase también Mateo 24:36, Lucas 23:46, Juan 8:42, Juan 14:24, Juan 17:6-8, etc.

2 Carmichael, Joel. p. 203

3 Hombre: véase Hechos 2:22, 7:56, 13:38, 17:31; Siervo de Dios: véase Hechos 3:13, 3:26, 4:27, 4:30.

4 En el pasado, algunos teólogos intentaron validar la Encarnación con base en Juan 1:14 y Colosenses 2:9. Sin embargo, a la luz de la crítica textual moderna, estos versículos han perdido adeptos, y por buenas razones. Juan 1:14 habla de “el Verbo”, lo que no implica divinidad, y “el unigénito del Padre”, lo que no es una traducción correcta en modo alguno. En el caso de Colosenses, el problema trasciende el discurso incomprensible, empezando con el simple hecho de que en la actualidad se piensa que Colosenses ha sido falsificado. Para más detalles, véase el libro de Bart D. Ehrman Lost Christianities [Cristianismos Perdidos], p. 235.

5 Gibbon, Edward, Esq. Vol. 5, Capítulo XLVII, p. 207.

6 Metzger, Bruce M. y Ehrman, Bart D. The Text of the New Testament: Its Transmission, Corruption, and Restoration [El Texto del Nuevo Testamento: Su Transmisión, Corrupción y Restauración]. p. 286.

7 Ehrman, Bart D. Misquoting Jesus [Citando erróneamente a Jesús]. p. 157.

8 Ibíd.

9 Para mayor claridad, véase Metzger, Bruce M. A Textual Commentary on the Greek New Testament [Comentario Textual sobre el Nuevo Testamento Griego]. pp. 573-4.

10 Ehrman, Bart D. Misquoting Jesus [Citando erróneamente a Jesús]. p. 113.

11 Londres Daily News [Noticias Diarias]. 25 de junio de 1984.

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sábado, 17 de diciembre de 2022

Primero Muertas que Sencillas: Atraviesan el Infierno y Llegan Listas para Sesión de Fotos

 Pʀɪᴍᴇʀᴏ Mᴜᴇʀᴛᴀs Qᴜᴇ Sᴇɴᴄɪʟʟᴀs: Aᴛʀᴀᴠɪᴇsᴀɴ Eʟ Iɴғɪᴇʀɴᴏ ʏ ʟʟᴇɢᴀɴ ʟɪsᴛᴀs ᴘᴀʀᴀ Sᴇsɪᴏ́ɴ ᴅᴇ Fᴏᴛᴏs

Autor: Said Abdunur Pedraza




𝗘𝗻 𝟭𝟵𝟲𝟮 𝗲𝗻 𝗔𝗿𝗴𝗲𝗻𝘁𝗶𝗻𝗮 hacía apenas 15 años que las mujeres podían votar (8 años en Colombia) y lo poco que se sabía de Suecia era que producían chocolate y que la gente tenía sexo en parques y playas como si nada. Así que cuando las dos veterinarias y amigas suecas 𝗘𝘄𝘆 𝗥𝗼𝘀𝗾𝘃𝗶𝘀𝘁 y 𝗨𝗿𝘀𝘂𝗹𝗮 𝗪𝗶𝗿𝘁𝗵 llegaron al país a disputar uno de los ralis más duros del mundo de la época, el 𝘎𝘳𝘢𝘯 𝘗𝘳𝘦𝘮𝘪𝘰 𝘐𝘯𝘵𝘦𝘳𝘯𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘛𝘶𝘳𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘙𝘦𝘱𝘶́𝘣𝘭𝘪𝘤𝘢 𝘈𝘳𝘨𝘦𝘯𝘵𝘪𝘯𝘢, causaron mucha curiosidad.

Las menospreciaron, claro, las subestimaron, por supuesto. Era la primera vez que participaba en la carrera un equipo de dos mujeres, y la palabra 𝑓𝑒𝑚𝑖𝑛𝑖𝑠𝑚𝑜 apenas si se conocía en algunos pequeños círculos en Latinoamérica. Pero ellas no vinieron a desnudarse (cosa normal en la Suecia de la época) ni a lanzarles piedras a las iglesias. Muy elegantes y bien vestidas, se subieron a su berlina 𝗠𝗲𝗿𝗰𝗲𝗱𝗲𝘀-𝗕𝗲𝗻𝘇 𝟮𝟮𝟬𝗦𝗘 de carrocería 𝗪𝟭𝟭𝟭 cuatro puertas con el número 711, recibieron consejo de su director de equipo (el gran 𝗙𝗮𝗻𝗴𝗶𝗼, que ya era leyenda en la época), y arrancaron entre 287 participantes de todo el mundo que corrían en autos Volvo, Lancia, Jaguar, Alfa Romeo, BMW, Auto Unión, Pontiac, Renault, Peugeot, y otras 3 Mercedes.



Arrancaron de noche y "Las Suecas", tres veces ganadoras del rali Europeo, 𝘳𝘦𝘤𝘰𝘳𝘳𝘪𝘦𝘳𝘰𝘯 𝟰.𝟲𝟮𝟰 𝘒𝘮 𝘦𝘯 𝟲 𝘦𝘵𝘢𝘱𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘳𝘳𝘢 𝘥𝘶𝘳𝘰𝘴 𝘺 𝘱𝘦𝘭𝘪𝘨𝘳𝘰𝘴𝘰𝘴. En otra Mercedes su compañero Herman Kuhne muere al esquivar unas ovejas y volcarse, ellas están compungidas y quieren abandonar, pero Fangio las convence de seguir adelante. Al final, las suecas sorprendieron al público y a la prensa al llegar a la meta no solo con gran ventaja, en primer lugar, 𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗵𝗮𝗯𝗲𝗿 𝗴𝗮𝗻𝗮𝗱𝗼 𝗰𝗮𝗱𝗮 𝘂𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝘀𝗲𝗶𝘀 𝗲𝘁𝗮𝗽𝗮𝘀 y haber roto varios récords, sino porque llegaron muy pulcras, bien peinadas y maquilladas, listas para tomarse fotos como modelos profesionales junto a la Mercedes con la que derrotaron a los mejores pilotos hombres del momento.



Úrsula se retiró del automovilismo en 1965 con muchos premios, tras casarse con el presentador de televisión Magnus Banck, y fue instructora de conducción por 30 años; apareció en la comedia de automovilismo británica 𝘔𝘰𝘯𝘵𝘦 𝘊𝘢𝘳𝘭𝘰 𝘰𝘳 𝘉𝘶𝘴𝘵! de 1969, y murió siendo doble viuda en 2019 a los 84 años de edad.

Ewy dejó de competir en 1965 al casarse con Alexander von Korff, jefe de la división deportiva de Mercedes Benz, pero trabajó como piloto de pruebas para la misma constructora de autos. Enviudó en 1977 y luego se casó con Kart Gustav Sverderg, director de una importadora de automóviles Mercedes-Benz, con quien estuvo hasta su muerte en 2009. Sus carros y trofeos se exhiben en el museo de Mercedes-Benz, actualmente vive en Estocolmo y conduce una Mercedes por sus calles. En 1963 publicó su libro 𝘍𝘢𝘳𝘵 𝘧𝘳𝑎̊𝘯 𝘣𝑜̈𝘳𝘫𝘢𝘯 𝘵𝘪𝘭𝘭 𝘴𝘭𝘶𝘵 (Velocidad de principio a fin), más conocido por su traducción al alemán 𝘍𝘢𝘩𝘳𝘵 𝘥𝘶𝘳𝘤𝘩 𝘥𝘪𝘦 𝘏𝘰̈𝘭𝘭𝘦 (Paseo por el Infierno) publicada el mismo año, donde cuenta la experiencia vivida en aquel famoso rali. Parece ser que su amor por las Mercedes comenzó con la 𝗠𝗲𝗿𝗰𝗲𝗱𝗲𝘀-𝗕𝗲𝗻𝘇 𝟭𝟳𝟬 𝗦 (𝗪𝟭𝟵𝟭) de su padre, con la que recorrió 220.000 Km de caminos rurales visitando las granjas suecas durante su trabajo como asistente de veterinaria en su juventud. Tiene su propio sitio web: 𝚎𝚠𝚢𝚛𝚘𝚜𝚚𝚟𝚒𝚜𝚝.𝚌𝚘𝚖.  



 

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miércoles, 14 de diciembre de 2022

El Pecado Original

El Concepto del Pecado Original en el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.

Traducido por: Said Abdunur Pedraza y Anas Amer Quevedo



El concepto de pecado original es completamente ajeno al judaísmo y al cristianismo oriental, habiendo alcanzado aceptación sólo en la Iglesia Occidental. Es más, el concepto cristiano e islámico del pecado son virtualmente opuestos en ciertos aspectos. Por ejemplo, no hay concepto de "pecar de pensamiento" en el Islam; para un musulmán un pensamiento malo se convierte una buena obra cuando una persona se niega a actuar de acuerdo a él. Vencer y descartar los malos pensamientos que siempre asaltan nuestras mentes es considerado algo merecedor de recompensa en lugar de castigo. Hablando islámicamente, un pensamiento maligno sólo se convierte en pecado cuando se transforma en hechos.
Concebir obras buenas es más contrario a la naturaleza básica del hombre. Desde nuestra creación, si no es limitado por las restricciones sociales o religiosas, la humanidad históricamente ha cenado en el banquete de la vida con lujuria y abandono. Las orgías de intemperancia que han alfombrado los corredores de la historia han envuelto no sólo a individuos sino también a comunidades pequeñas, pero aún las grandes potencias mundiales se han saciado de desviación hasta el punto de su autodestrucción. Sodoma y Gomorra pueden liderar muchas listas, pero las mayores potencias del mundo antiguo –incluyendo los imperios griego, romano y persa, así como aquellos de Genghis Khan y Alejandro Magno– ciertamente aplican para una mención deshonrosa. Pero mientras los ejemplos de decadencia comunitaria son innumerables, los casos de corrupción individual son exponencialmente más comunes.

Entonces, los buenos pensamientos no son siempre el primer instinto de la humanidad. Como tal, el entendimiento islámico es que la mera concepción de buenas obras merece recompensa, aún si no son llevadas a cabo. Cuando una persona en efecto realiza una obra buena, Dios le multiplica la recompensa mucho más.
El concepto de pecado original sencillamente no existe ni ha existido nunca en el Islam. Para los lectores cristianos, la pregunta no es si el concepto de pecado original existe actualmente, sino si existió durante el período de los orígenes de la cristiandad. Específicamente, ¿Jesús lo enseñó?
Aparentemente no. Quienquiera que imaginó el concepto, ciertamente no fue Jesús, pues él supuestamente enseñó:
"Dejad a los niños venir a mí, y no se los impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos". (Mateo 19:14)
Bien podemos preguntarnos cómo "de los tales" puede ser "el reino de los cielos" si los que no están bautizados están atados al Infierno. O los niños nacen con el pecado original o para ellos es el reino de los cielos. La iglesia no puede apoyar ambos conceptos por igual. Ezequiel 18:20 registra:
"El hijo no llevará el pecado del padre ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él".
Deuteronomio 24:16 repite el punto. Puede objetarse que esto es del Antiguo Testamento, ¡pero no es más antiguo que Adán! Si el pecado original viene desde Adán y Eva, ¡uno no podría encontrarlo desmentido en ninguna escritura de ninguna época!
El Islam enseña que cada persona nace en un estado de pureza espiritual, pero la crianza y el atractivo de los placeres mundanos puede corrompernos. No obstante, los pecados no se heredan y, de hecho, ni siquiera Adán y Eva fueron castigados por sus pecados, pues Dios los perdonó. ¿Y cómo puede la humanidad heredar algo que ya no existe? No, islámicamente hablando, todos nosotros seremos juzgados de acuerdo a nuestros actos, pues:
"Nadie cargará con los pecados ajenos […] el ser humano no obtendrá sino el fruto de sus esfuerzos". (Corán 53:39)
…y:
"Quien siga la guía será en beneficio propio, y quien se descarríe sólo se perjudicará a sí mismo. Nadie cargará con los pecados ajenos…". (Corán 17:15)
Cada persona cargará con la responsabilidad de sus propias acciones, pero ningún niño irá al Infierno por no haber sido bautizado ni será marcado con pecado como un derecho de nacimiento –¿o deberíamos decir error de nacimiento?–.

Tomado de https://www.islamreligion.com/es/articles/1776/el-pecado-original/


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