¿DÓNDE ESTÁ “CRISTO” EN EL “CRISTIANISMO”?
La mayoría de los eruditos religiosos le
han atribuido, ya hace tiempo, los principios de la fe cristiana más a las
enseñanzas de Pablo que a las de Jesús. Pero por más que se quiera comenzar con
este tema, creo que es mejor retroceder y hacer una breve mirada reflexiva al
Antiguo Testamento.
El Antiguo Testamento enseña que Jacob
luchó con Dios. En realidad, el Antiguo Testamento dice que Jacob no solo luchó
con Dios, sino que lo venció (Génesis 32:24-30). Ahora bien, recuerden que
estamos hablando de una pequeña gota de protoplasma luchando con el Creador de
un universo de 240,000,000,000,000,000,000,000 millas de diámetro, con más o
menos mil millones de galaxias de la cual la nuestra -La Vía Láctea – es solo
una (y además pequeña), y ¿lo venció? Perdón, pero alguien estaba algo
confundido cuando escribió ese pasaje. El punto es, sin embargo, que este
pasaje nos coloca en un dilema. O tenemos que cuestionarnos el concepto de Dios
que tienen los judíos, o aceptar la explicación de que Dios no significa Dios
en esos versículos, sino un ángel o un hombre (en ambos casos, significaría que
no se puede confiar en el Antiguo Testamento). En realidad, esta confusión se
ha vuelto tan problemática que las más recientes Biblias han tratado de
cubrirla cambiando la traducción de “Dios” a “hombre”. Lo que no pueden
cambiar, sin embargo, es la escritura fundacional de donde se traduce la Biblia
judía, en la que se sigue leyendo “Dios”.
La falta de fiabilidad es un problema
recurrente en el Antiguo Testamento, ¡el ejemplo más prominente es la confusión
de Dios y Satanás! Samuel II 24:1 dice:
“El Señor se enojó de nuevo contra los
israelitas. Movió a David a que hiciera el censo de Israel y Judá.”
Sin embargo, en Crónicas I 21:1 afirma:
“Satanás se levantó contra Israel e incitó a David a hacer el censo
de Israel”.
Uhhh, ¿cuál fue? ¿El Señor o Satanás? Los
dos versículos describen el mismo evento en la historia, pero uno habla de Dios
y el otro de Satanás. Hay una pequeña (total) diferencia.
A los cristianos les gusta creer que el
Nuevo Testamento está libre de estas problemáticas, pero no se pueden esconder.
En realidad, hay tantas contradicciones que los autores han dedicado libros a
este asunto. Por ejemplo, Mateo 2:14 y Lucas 2:39 difieren acerca de si la
familia de Jesús huyó a Egipto o a Nazareth. Mateo y Lucas 11:2-4 difieren en
las palabras de la “Plegaria del Señor”. Mateo 11:13-14, 17:11-13 y Juan 1:21
no están de acuerdo en si Juan el Bautista fue Elías.
Las cosas empeoraron cuando entramos en
la arena de la supuesta crucifixión: ¿Quién llevó la cruz, Simón (Lucas 23:26,
Mateo 27:32, Marco 15:21) o Jesús (Juan 19:17)? ¿Estaba Jesús vestido en un
traje escarlata (Mateo 27:28) o una toga púrpura (Juan 19:2)? ¿Los soldados
romanos pusieron bilis (Mateo 27:34) o mirra (Marco 15:23) en su vino? ¿Fue
Jesús crucificado antes de la tercer hora (Marco 15:25) o después de la sexta
hora (Juan 19:14-15)? ¿Jesús ascendió el primer día (Lucas 23:43) o no (Juan
20:17)? ¿Fueron las últimas palabras de Jesús, “Padre, ‘en tus manos dejo mi
espíritu’” (Lucas 23:46) ?, ¿o fueron “está terminado” (Juan 19:30)?
Estas son solo algunas de una larga lista
de las inconsistencias en las escrituras, y traen consigo la dificultad de
confiar en el Nuevo Testamento como escritura revelada por Dios. No obstante,
existen aquellos que confían su salvación al Nuevo Testamento, y son estos
cristianos los que necesitan responder a la pregunta: ¿Dónde está el ‘Cristo’
en la ‘Cristiandad’? Esto, en realidad, es una pregunta justa. Por un lado,
tenemos una religión basada en Jesucristo, pero por otro lado los principios
del cristianismo ortodoxo, el que se dice cristiandad de la trinidad,
contradice casi todo lo que él ha enseñado.
Lo sé, lo sé – los que nos están gritando
“¡Herejes!” y están reuniendo maderas y plantando una estaca. Pero momento.
Bajen el arma y escuchen. Los cristianos de la trinidad afirman basar sus
doctrinas en la combinación de las enseñanzas de Jesús y Pablo. El problema es
que estas enseñanzas no son complementarias. En realidad, se contradicen entre
ellas.
Por ejemplo: Jesús enseñó la Ley del
Antiguo Testamento; Pablo la negó. Jesús predicó el credo judío ortodoxo; Pablo
predicó los misterios de la fe. Jesús habló de responsabilidad; Pablo propuso
la salvación solo a través de la fe. Jesús se describió a sí mismo como un
profeta étnico; Pablo lo definió como profeta universal. [1] Jesús enseñó la plegaria a Dios, Pablo
estableció a Jesús como intercesor. Jesús enseñó la unidad absoluta de Dios,
los teólogos paulistas instituyeron la trinidad.
Por estas razones, muchos eruditos
consideran a Pablo como el más corrupto del cristianismo apostólico. Muchas de
las primeras sectas cristianas sostenían este punto de vista también, incluidos
los cristianos del segundo siglo conocidos como los “adopcionistas”, que
particularmente consideraron a Pablo, uno de los “autores” más prominentes de
nuestro Nuevo Testamento, como un archi-hereje más que un apóstol. [2]
Lehmann contribuye:
“Lo que Pablo proclama como ‘cristiandad’
era herejía, la cual no podría basarse en la fe judía ni esenia, ni en las
enseñanzas del Rabino Jesús. Pero, como dice Schonfiel: ‘La herejía paulista se
transformó en la base de la ortodoxia cristiana y la iglesia legítima fue
repudiada como herética’. …Pablo hizo algo que el Rabino Jesús nunca hizo y se
negó a hacer: Extendió la promesa de salvación de Dios a los no judíos, abolió
la ley de Moisés y prohibió el acceso directo a Dios al introducir un
intermediario”. [3]
Bart D. Ehrman, posiblemente el erudito
viviente con más autoridad en la crítica de los textos bíblicos, comenta:
“El punto de vista de Pablo no fue aceptado universalmente, o por lo menos, no aceptado abiertamente… más sorprendente aún, las propias cartas de Pablo indican que existían líderes cristianos activos, sinceros y activos, quienes vehementemente estaban en desacuerdo con él en varios puntos y consideraban el punto de vista de Pablo como corrupción del verdadero mensaje de Cristo… uno debe siempre tener en cuenta que esta misma carta de Pablo indica que confrontó a Pedro justamente por estos asuntos (Gal 2:11-14). Pablo estaba en desacuerdo hasta con las disciplinas de Jesús acerca de este tema”. [4]
Comentando los puntos de vista de algunos
de los primeros cristianos en la literatura pseudo clementina, Ehrman escribió:
“Pablo ha corrompido la fe verdadera
basado en una breve visión, la cual ha inventado. Pablo es de este modo el
enemigo de los apóstoles, y no su jefe. Él está fuera de la verdadera fe, un
hereje que debe ser prohibido, no un apóstol a imitar”. [5]
Algunos elevan a Pablo a la santidad.
Joel Carmichael claramente no es uno de ellos:
“Nos encontramos a un universo de
distancia de Jesús. Si Jesús vino “solo
para completar” la ley y los profetas; si pensó que “ni una coma, ni un punto” se “pasarían
de la ley”, que el mandamiento cardinal era “Escucha, ¡Oh, Israel!, el Señor Nuestro Señor, el Señor es Uno”, y
que “nadie es bueno, solo Dios” … ¡Qué
habría pensado del trabajo de Pablo! El triunfo de Pablo significó la
eliminación del Jesús histórico, y éste llegó a nosotros embalsamado en la
“cristiandad” como una mosca en ámbar”. [6]
El Dr. Johannes Weiss concluyó:
“…de este modo la fe en Cristo como se
mantuvo en la iglesia de Pablo era algo Nuevo en comparación a la plegaria de
Jesús; era una nueva religión”. [7]
Una nueva religión, en verdad. Y de este
modo la pregunta es: ¿Dónde está ‘Cristo’ en el ‘Cristianismo’? Si el
cristianismo es la religión de Jesucristo, ¿dónde se encuentran las leyes del
Antiguo Testamento y el estricto monoteísmo del judaísmo ortodoxo del Rabino
Jesús? ¿Por qué el cristianismo enseña que Jesús es el hijo de Dios cuando
Jesús mismo se llamó “hijo del hombre” ochenta y ocho veces, y ni una vez el
“hijo de Dios”? ¿Por qué el cristianismo aprueba la confesión de los curas y
plegarias de los santos, María y Jesús, cuando Jesús enseñó a sus seguidores:
“Ustedes, pues, recen así: ‘Padre
nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre…’” (Mateo 6:9)?
¿Quién nombró un Papa? Ciertamente no
Jesús. Verdaderamente, Jesús puede haber llamado a Pedro la roca sobre la cual
construiría su iglesia (Mateo 16:18-19).
Sin embargo, unos escasos cinco versículos después, llamó a Pedro
“Satán” y “una ofensa”. Y no nos dejen olvidar que esta “roca” tres veces negó
a Jesús después de su arresto, el pobre testimonio del compromiso de Pedro a la
nueva iglesia.
¿Es posible que los cristianos hayan
negado alguna vez a Jesús desde entonces? Transformar el estricto monoteísmo de
Jesús a la Trinidad paulista, reemplazando las leyes del Antiguo Testamento del
Rabino Jesús por la “salvación por la fe” de Pablo, sustituyendo el concepto de
Jesús, habiendo expiado los pecados de la humanidad por la responsabilidad
directa de las enseñanzas de Jesús, reemplazando la afirmación de Jesús a la
humanidad por el concepto de Pablo acerca de la divinidad de Jesús, debemos
cuestionar exactamente de qué manera el cristianismo respeta las enseñanzas de
su profeta.
Un asunto paralelo es definir qué
religión respeta las enseñanzas de Jesús. Por lo tanto, veamos: ¿Qué religión
honra a Jesucristo como profeta y hombre? ¿Qué religión se adhiere al estricto
monoteísmo, a las leyes de Dios, y el concepto de responsabilidad del hombre
por sus actos ante Dios? ¿Qué religión rechaza a los intermediarios entre el
hombre y Dios?
Si has respondido “el Islam”, estás en lo
correcto. Encontramos que las enseñanzas de Jesucristo están mejor ejemplificadas
en la religión del Islam que en el cristianismo. Esta observación, sin embargo,
no quiere significar una conclusión, sino una introducción. Los que encuentran
que sus intereses alcanzaron el punto máximo deben tomar este asunto como algo
serio, abrir sus mentes y luego… ¡sigan leyendo!
Notas
[1] Jesucristo fue un profeta más de una larga línea de profetas
enviados a los israelitas. Como bien lo afirmo: “No fui más que enviado a las
ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mateo 15:24) Cuando Jesús envió a sus
discípulos al camino de Dios, les aconsejo: “A estos doce los envió a misionar,
con las instrucciones siguientes: «No vayan a tierras de paganos, ni entren en
pueblos de samaritanos. Diríjanse más bien a las ovejas perdidas del pueblo de
Israel”. (Mateo 10:5-6) A través de su ministerio, Jesús nunca fue recordado
por haber convertido a un gentil, y en realidad es recordado por haber
reprendido inicialmente a una gentil por buscar sus favores, comparándola con
un perro (Mateo 15:22-28 y Marco 7:25-30). Jesús era judío, sus discípulos eran
judíos, y ambos dirigieron sus ministerios a los judíos. Uno se pregunta qué
significa esto para nosotros, ya que la mayoría de los que han tomado a Jesús
como su ‘Salvador personal’ son gentiles, y no una de las ‘ovejas perdidas de
la casa de Israel’ a quienes fue enviado.
[2] Ehrman, Bart D. The New Testament: A Historical
Introduction to the Early Christian Writings. 2004.
Oxford University Press. P. 3.
[3] Lehmann, Johannes. 1972. The Jesus Report. Traducido por Michael
Heron. London: Souvenir Press. pp. 128, 134.
[4] Ehrman, Bart D. 2003. Lost Christianities. Oxford
University Press. Pp. 97-98.
[5] Ehrman, Bart D. 2003. Lost Christianities. Oxford
University Press. P. 184.
[6] Carmichael, Joel, M.A. 1962. The Death of Jesus. New
York: The Macmillan Company. p. 270.
[7] Weiss, Johannes. 1909. Paul and Jesus. (Traducido
por Rev. H. J. Chaytor). London y New York: Harper and Brothers. p. 130.
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