martes, 9 de febrero de 2010

Libertad: Una cuestión de élite

 Libertad: Una cuestión de élite

Por: Said Abdunur Pedraza


Juan Villoro ha ganado el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en el apartado Iberoamericano 2010 con su trabajo “'La alfombra roja, el imperio del narcoterrorismo'”, publicado en el diario español “El Periódico de Catalunya” el 1 de febrero de 2009 [1]. Un recorrido claro, sin rimbombancias, por la ruta que llevó del gobierno oscuro y la violencia de los carteles oculta y lejana, al gobierno visible pero caótico y la violencia de los carteles mediatizada e incrustada en la vida diaria de todos los mexicanos. Si ya sabemos que los medios masivos de comunicación lo son más de desinformación, y que están principalmente al servicio de los intereses de los gobiernos y los grandes emporios económicos [2], debemos ser más claros y reconocer que los medios masivos de comunicación están al servicio del capital, y el capital está en buena medida, en manos de los narcos. Peor aún, en la era de la globalización, deberíamos ser más claros todavía y decir que los mass media están al servicio de los mercados (esto es un negocio, diría cualquier dirigente de periódico, revista o noticiero), y uno de los mayores mercados es el de las drogas. Por eso, no es de extrañar que Villoro nos cuente en su artículo ganador:

A veces, los criminales graban sus ejecuciones y envían videos a los medios o los suben a YouTube después de someterlos a una cuidadosa posproducción. La mediósfera es el duty-free del narco, la zona donde el ultraje cometido en la realidad se convierte en un ‘infomertial’ del terror.

Para nadie es un secreto que en Colombia, el presidente Uribe no sólo ha procurado enquistarse en el poder, sino que también se ha esforzado (con amplio éxito) en reunir la mayor cantidad de poder en su persona, cooptando buena parte de los tres poderes estatales [3], pero también, manteniendo de su lado a los medios de comunicación, que se han hecho especialistas en lanzar cortinas de humo para disminuir los efectos de los escándalos que a cada paso surgen en relación a la figura del presidente [4] y al gobierno en general [5]. Exactamente lo mismo (con menos disimulo y menos sutileza) ha hecho Chávez en Venezuela [6]. Si, como dice Villoro, en México “al modo de los Cuatro Fantásticos, los Poderes Fácticos gobiernan en la sombra”, en Colombia y Venezuela los “cuatro poderes” gobiernan pasándose la ley por la faja, torciéndola, cambiándola o alterando la constitución a plena luz, de frente y sin vergüenza, justificándose en unos índices de popularidad que para muchos, son prueba de la ignorancia y la estupidez de nuestros pueblos, pero que para mí son el fruto de largos años de esfuerzos (en Colombia, no habría tenido Uribe el apoyo que ha tenido sin el trabajo previo de Pastrana, cuyo mayor logro fue convertir a un país que estaba dispuesto a recurrir a la estrategia de “tierra quemada” si los gringos venían a hacer de las suyas en su territorio, a un país que pedía a gritos la presencia gringa, y que hoy se alegra de entregar siete bases militares a los soldados del norte [7]).

Para nadie es tampoco un secreto que en Colombia el narcotráfico ha permeado por completo todos los niveles de la sociedad y el estado, en un proceso continuo y cada vez más sofisticado, a partir de la bonanza marimbera de los años 1970 [8]. Si pensamos que en Colombia hemos vivido en este gobierno una historia similar a la de la película Tráfico [9], donde los duros golpes al cartel del Norte del Valle sólo han servido para favorecer la actividad del (no pronuncies este nombre en público) cartel de Antioquia [10], podemos decir que, así como los Tres Mosqueteros eran cuatro, nuestros Cuatro Fantásticos son en realidad cinco, y el quinto es el que mueve las ruedas de los otros con un abundante y continuo flujo de caja. Pero el asunto no para allí.

El dueño de la multinacional colombiana DMG está preso en Estados Unidos bajo cargos de lavado de activos del narcotráfico, y la líder de la iglesia carismática G-12 (una de las más grandes del país), actual senadora uribista, ha sido investigada por enriquecimiento ilícito con dineros de los narcos [11], mientras que buena parte del congreso ha sido vinculado a investigaciones relacionadas con narco-paramilitarismo. Sabemos que tanto las FARC y otros grupos guerrilleros, como los supuestamente desmovilizados paramilitares [12], comenzaron a recibir dineros de los narcos al proteger sus laboratorios, y luego comenzaron a producir ellos mismos la droga (de hecho varios “jefes paramilitares” en realidad eran capos del narcotráfico que se hicieron pasar por paras para acogerse a la ley de Justicia y Paz [13]). Conocemos también el estrecho vínculo y la connivencia entre paramilitares, fuerzas armadas [14], políticos de toda laya y de casi todos los partidos (mayoritariamente los de gobierno) [15], grandes empresarios colombianos y multinacionales gringas [16], e incluso algunos miembros de la iglesia católica [17]. El gobierno y algunas organizaciones han insistido también en la relación entre las FARC y algunos políticos, intelectuales y ONG [18]. De modo que, como dice Villoro, “hemos llegado a una nueva gramática del espanto: enfrentamos una guerra difusa, deslocalizada, sin nociones de ‘frente’ y ‘retaguardia’, donde ni siquiera podemos definir los bandos” [19]. A esto contribuyen los medios de comunicación que nos bombardean con noticias aderezadas de medias verdades, escándalos propiciados para esconder los otros escándalos, escenas atroces en las que uno termina mezclando los muertos de unos con los de otros y otros, todo decorado con reinas, fútbol y farándula. Al finalizar el día, lo único cierto es que no se sabe qué pasó, pero queda clara la idea de que es mejor no pensar mucho en el asunto.

Las FARC, el narcotráfico y la delincuencia común nos han enseñado en las últimas 3 décadas que nadie es demasiado pobre, anónimo o asocial como para no ser secuestrado o volado en pedazos. Los paramilitares y sus socios industriales, empresarios y militares, nos enseñaron que también somos buenos candidatos para ser descuartizados con machete o motosierra. Es una Violencia Democrática, sin distingo de sexo, etnia, religión, ideología o condición socioeconómica. Hay para todos. Y aunque suene a ciencia ficción, Villoro nos dice que en México, “en la nueva atmósfera del miedo, diez mil empresas ofrecen servicios de seguridad y tres mil personas se han injertado un chip bajo la piel para ser detectados por radar en caso de secuestro”. Es ese miedo, hábilmente encauzado por los medios de comunicación, el que hace que los colombianos sigan justificando la existencia de la política de “seguridad democrática”, con sus falsos positivos, su red de informantes y su impunidad [20], a cambio de la falsa idea de que todo el que muere “será por algo que lo mataron”, y la aún más falsa idea de que los problemas del país se solucionan (o al menos se alivian) con más y más plomo.

Los hutus, en la tensa calma antes del genocidio de Ruanda, decían que matando a los tutsi solucionarían sus problemas, idea que se cristalizó en un millón de muertos. Allá al menos, los tutsi eran reconocidos gracias al carné étnico que habían impuesto los belgas. Aquí se dice que matar a los guerrilleros solucionaría el problema, pero ante la dificultad de distinguir a un guerrillero de cualquier otro, el gobierno de Uribe ha dado una solución sencilla al respecto: todo el que no esté de acuerdo con la política de Seguridad Democrática es guerrillero, o amigo de la guerrilla, que al fin y al cabo es lo mismo. Era el mismo discurso de los paras de la década de los 1990: el que no estaba en sus filas, ni era de sus colaboradores o patrocinadores, no tenía argumento suficiente para no acabar en una fosa común. Entre tanto, los narcos siguen moviendo las ruedas de esta guerra.

Villoro nos habla de México y nos muestra una situación tan similar como disímil a la de Colombia:

El narcotráfico ha ganado batallas culturales e informativas en una sociedad que se ha protegido del problema con el recurso de la negación: ‘los sicarios se matan entre sí’. Más que una rutina aceptada o una indiferente banalización del mal, las noticias del hampa han producido un efecto de distanciamiento. Siempre se trata de desconocidos, gente lejana o rara, que sabrá por qué la degüellan. Cada mañana los periódicos publican un rojo marcador: los 12 decapitados de ayer en Yucatán son relevados por los 24 ejecutados de hoy en el parque nacional de La Marquesa. Sin embargo, el instinto de supervivencia ha llevado a aislar mentalmente las zonas de violencia. Mientras los que se aniquilen sean ‘ellos’, estaremos a salvo.

En Colombia sabemos que no son “ellos” los únicos que ponen los muertos. Los paramilitares, por ejemplo, han confesado que asesinaron a muchos campesinos, mujeres, ancianos y niños, sólo como práctica, para aprender y perfeccionar el “arte” de descuartizar a una persona viva en menos de diez minutos, y dejarla lista para un agujero en el que normalmente no cabría la mitad de un cuerpo humano, pero donde ellos empacaban tres o cuatro completos [21]. Colombianos de todas las regiones de este país, asesinados de forma tan brutal y sanguinaria como impune y sin sentido, muertos no por ser esto o aquello, ni siquiera por sospecha de serlo, sino sólo porque se necesitaba material de práctica, para que los aprendices de las escuelas de descuartizamiento tuvieran un acercamiento de laboratorio a lo que enfrentarían en el campo, donde seguirían descuartizando a campesinos, obreros, etc., muchas veces sólo por denuncias malintencionadas de algún vecino, y no porque tuvieran algo que ver con la guerrilla o con organizaciones sindicales o de izquierda [22]. Pero no hablemos en tiempo pasado: en la Macarena hay una fosa común con 2.000 cuerpos enterrados por el ejército colombiano desde 2005, supuestos guerrilleros dados de baja en combate que en realidad serían líderes sociales, campesinos y defensores comunitarios que formarían parte de los escándalos de “falsos positivos” que permanecen en la impunidad [23]. Como decía, sabemos que los muertos no los ponen “ellos”, y que si bien entre los muertos también hay personas pertenecientes a sindicatos, movimientos de izquierda, o con ideas afines a las de la guerrilla, eso no justifica los ajusticiamientos (en un país que además, no tiene pena de muerte legal, pero donde ésta es ejercida por todo aquel que tenga a mano un arma). A pesar de ello, miramos a otro lado, y repetimos: “por algo lo mataron”, y aquí no pasa nada. Quizá, en Colombia ha ocurrido a la inversa que en México:

La estrategia defensiva de no mirar o de asumir que los atracos ocurren lejos, en un parque temático del ajuste de cuentas para el que por suerte no tenemos entradas, se ha venido abajo. El 15 de septiembre, día de la fiesta de Independencia, dos granadas fueron lanzadas contra una indefensa multitud en la plaza de Morelia. El atentado coincidió con otro, virtual: los habitantes de Villahermosa recibieron correos electrónicos que los señalaban como candidatos al secuestro.
En Colombia, en cambio, ya sufrimos la ola de terror desatada por Pablo Escobar: bombas en los cajeros automáticos, en los centros comerciales, en las calles, frente a droguerías y moteles. Luego, las “pescas milagrosas”, secuestros masivos, tomas de poblaciones y asaltos a guarniciones militares realizados por las FARC. Y por supuesto, las masacres perpetradas por guerrillas, autodefensas y fuerzas armadas, además de los ajustes de cuentas entre pandillas y entre nuevas organizaciones de narcos, secuestros y extorsiones llevados a cabo por la delincuencia común, todo ello con el precedente de la violencia bipartidista. Prácticamente, toda familia colombiana puede contar que alguno de sus miembros estuvo (o está) secuestrado, o debió abandonar su casa o sus tierras, o murió en una toma guerrillera o en una masacre paramilitar, o se encuentra desaparecido y nadie da razón de su paradero, o fue por fin hallado en alguna fosa común, o tiene alguna cicatriz dejada por algún carro bomba, o está en una de las listas de los falsos positivos del ejército. La violencia ha entrado a las casas de todos en las últimas tres décadas. Entonces, ¿cuál es la estrategia defensiva del colombiano? ¿Creer en la fantasía de que este baño de sangre es necesario para que los que queden vivan por fin en paz? ¿Y qué de los millones de desplazados que hoy engrosan los cordones de miseria alrededor de nuestras ciudades más grandes? Si sabemos de sobra que los que mueren no son "ellos", ¿por qué seguimos jugando a que la guerra ocurre allá, lejos? ¿Que cuando, a punta de acabar con todos, culpables e inocentes, termine la guerra, seguiremos vivos y estaremos en paz? Si en México “los Soprano es ya el reality show que ofrecen los vecinos”, como dice Villoro, en Colombia no sólo eso es cierto, sino que Dexter y Hannibal aparecen como meros aprendices: cualquiera de nuestros vecinos podría ser uno de los instructores con suficiente experiencia para darle cátedra a esos dos.

En semejante escenario, el colombiano vislumbra la libertad no como un distanciamiento del “parque temático del ajuste de cuentas” del que habla Villoro, sino como una rápida y exitosa carrera dentro del mismo. “Las Muñecas de la Mafia”, “El Cartel de los Sapos” y “El Capo” son algunos títulos de las historias que más éxito tienen en nuestra televisión, y que exportamos con orgullo a todo el mundo. Lo que en otras latitudes se vende como exótico, aquí tiene acogida porque los personajes son reconocibles, cercanos, y hasta deseables (la gran ambición de un creciente número de niños y niñas es ser capo y muñeca de la mafia, respectivamente).

Ante la desventura de vivir en una pobreza que no da garantías contra la barbarie, para muchos sería preferible estar en el centro de la acción: ser uno de esos narcos que nos pintan, siempre con un arma en la mano, siempre rodeado de escoltas y de mujeres voluptuosas, y que suponemos es el único que realmente sabe quién es quién en esta guerra (porque todos comen de su mano), y contra quiénes debe defenderse (sus competidores en el negocio). Pero claro, el narcotráfico es también una empresa, y como en toda empresa, no hay espacio para más que una cabeza y unos pocos socios (la élite), los demás son peones a uno u otro nivel (pero para muchos, no parece haber más opción [24]). Como sea, la cultura del narco ha permeado nuestra sociedad a todo nivel, y las telenovelas, películas y seriados que la exaltan (con el engañoso argumento de “reflejar una realidad” o “hacer una crítica”), han ayudado a corromper aún más la mente y el espíritu de todos, dando fuerza a los argumentos con que justificamos las atrocidades que se están cometiendo a diario. Esto también ocurre en México, y al respecto nos dice Villoro:

La narcocultura amplió su radio de influencia a través de los narcocorridos, muchas veces pagados por los propios protagonistas. En la confusión ambiente, los trovadores vinculados al crimen gozan del dudoso prestigio de lo ilegal que reclama un carisma a contrapelo y se somete a la ‘moral del pueblo’. Aunque suene curioso o divertido o folclórico cantar las peripecias de quienes llevan ‘hierba mala’ al otro lado, los narcocorridos pertenecen a un sector que mueve el 10% de la economía (lo mismo que el petróleo) y causa decenas de asesinatos al día. Tomados como documentos del hampa, son reveladores. Lo extraño es que han ganado espacio en las estaciones que transmiten música popular y aun en las antologías de literatura. En nombre de un incierto multiculturalismo, hace un par de años un grupo de escritores protestó porque dos narcocorridos fueron suprimidos de un libro de texto. En su queja pasaron por alto que esas letras no se estudiaban en una clase sobre problemas de México, sino sobre literatura, sustituyendo a Amado Nervo o Ramón López Velarde. El narco ha contado con la anuencia de las estaciones de radio a las que amenaza o subvenciona (términos rigurosamente intercambiables) y con la empatía antropológica de quienes sobreinterpretan el delito como una forma de la tradición.

Volvemos así al tema de los medios de comunicación, gigantescos oligopolios de “entretenimiento” cuyos dueños son los mismos capos, o íntimos amigos, colaboradores y clientes de los capos de la otra gran mafia, el único negocio aún más ubicuo, rentable y oscuro que el narcotráfico, más sanguinario aunque de modo distinto, y (peor aún) legal: la banca [25]. Nos resulta ya imposible vivir sin tener relación con los bancos y entidades financieras, a la fuerza. Ninguna transacción importante se les escapa. ¿Y qué transacción puede ser más grande e importante que la realizada por un capo del narcotráfico? Lavar el dinero de los narcos es, en resumidas cuentas, ponerlo a fluir de forma libre por las venas insaciables de los bancos internacionales, donde se mezcla con mi dinero y el suyo, y beneficia a la misma élite multimillonaria a la que usted tendrá que entregar su casa si no paga la hipoteca. La misma élite responsable de la famosa Crisis Subprime [26]. Entonces: bancos y entidades financieras, medios masivos de comunicación, políticos y mafias del narcotráfico, viven en permanente orgía, copulando unos con otros en todas las formas que les resultan posibles, mientras apoyan o atacan gobiernos según sus conveniencias, y financian ejércitos y guerras que mueven otro de los mayores mercados que existe: el de armas (y, por supuesto, el dinero del mercado de armas fluye a través de los bancos).

De manera que esta es la vida en nuestros países libres, democráticos, en vías de desarrollo (es decir, en esfuerzo permanente por equipararse a los grandes del capitalismo). Países donde somos libres de decir lo que queramos siempre y cuando no vaya contra el gobierno ni sea considerado “peligroso” por alguna de las organizaciones (legales o ilegales) protagonistas de nuestras guerras. Donde podemos hacer lo que queramos, si tenemos cómo pagarlo y si no molestamos con ello a los que poseen las armas. Donde podemos vivir en el lugar que queramos, si podemos pagar su valor y si después no se le antoja a alguna multinacional o terrateniente que esas propiedades estarían mejor en sus manos. Donde podemos escoger la forma de vida que queramos, si es que conseguimos un trabajo con el cual salvar la casa que llevamos 10 años pagando y que el banco nos va a arrebatar por no poder seguir pagando los intereses. Donde los medios de comunicación nos informan lo que ocurre a su manera, ocultando buena parte de la información, y llenándonos de más narcocultura. ¿Y la ley? ¿Podemos poner nuestras esperanzas en que tarde o temprano se haga cumplir la ley? Villoro nos ilustra al respecto:

Los carteles aplican la legislación de la sangre descrita por Kafka en ‘La colonia penitenciaria’. La víctima ignora su sentencia: ‘Sería absurdo hacérsela saber puesto que va a aprenderla sobre su cuerpo’. El narco se apoya en el discurso de la crueldad (cruor: ‘sangre que corre’) donde las heridas trazan una condena para la víctima y una amenaza para los testigos. El jus sangui del narco depende de una inversión kafkiana de los episodios legales; la sentencia no es el fin sino el comienzo de un proceso; el anuncio de que otros podrán ser llamados a ‘juicio’. ‘Si no haces correr la sangre, la ley no es descifrable’, escribe Lyotard a propósito de ‘La colonia penitenciaria’. Tal es el lema implícito del crimen organizado. Su discurso es perfectamente descifrable. En cambio, la otra ley, la ‘nuestra’, se ha difuminado.

En Colombia, la legislación de la sangre es aplicada por todas las organizaciones: narcos, guerrilla, multinacionales, terratenientes, gobierno… Todo ello con la colaboración de los Estados Unidos, ya sea en forma de financiamiento a paramilitares por parte de multinacionales [27] o de colaboración directa de agencias gubernamentales gringas con el gobierno (por ejemplo, el Plan Colombia) y con organizaciones delictivas [29].

Mientras en Europa se busca prohibir a las mujeres transitar por las calles vestidas con decoro y decencia [30], pues va en contra del libertinaje sexual que mantiene entretenida a la población, ocupada más en drogas, alcohol y sexo que en cuestionar la política internacional de la “guerra antiterrorista”, en América Latina se hace efectiva la prohibición de respirar a cualquiera que, por X o por Y, se interponga en los intereses de los grandes capitales, los grandes mercados y los políticos asociados a ellos. La penalización está diversificada: perder los ahorros de toda la vida en una caída de la bolsa, terminar en prisión por apoyar en Internet a grupos que odian al gobierno o a la familia presidencial, ser echado a la calle por el banco dueño de la hipoteca, ser estafado por una pirámide que tuvo licencia legal mientras rendía dividendos a miembros de las cúpulas sociales e institucionales, ser secuestrado por un rescate de US$1.000 dólares o menos, ser asesinado por un televisor y un microondas, tener el teléfono intervenido por la agencia de inteligencia de la presidencia [31], ser convertido en un falso positivo, un supuesto guerrillero caído en combate con el ejército, o pasar una década o más en una jaula en la mitad de la selva.

Esa es la libertad que ganamos hace 200 años en otra guerra, organizada por la élite burguesa criolla de la época contra una élite monárquica imperialista europea [32]. En Colombia decimos (no sin amplias razones) que la ley es sólo para el de ruana. También tenemos claro que en nuestros países, la libertad es una cuestión de élite. Y ante la imposibilidad de formar parte de las élites de caciques, terratenientes, comerciantes, industriales, militares, banqueros, políticos e intelectuales, a buena parte de nuestros pueblos sólo les queda la ilusión de llegar a estar en la élite guerrillera, paramilitar o narcotraficante. Élites tan cerradas y sanguinarias como las otras. La ilusión se desvanece tan pronto como la de ser modelo millonaria, reina de miss universe o famoso cantante de rock. Pero aunque no se llegue a la élite, esos mundos son mucho más accesibles y próximos que los del modelaje, las disqueras y Hollywood.

Ya no tenemos esos grandes capos que primero aparecían en las tarimas acompañando políticos en sus campañas, y luego salían entrevistados en sus enormes fincas. Los capos de ahora mantienen un perfil mucho más bajo, pero sus hilos llegan más lejos y más profundo. Los medios de comunicación colombianos están demasiado ocupados hablando mal de Chávez, y los venezolanos, de Uribe. Mientras, ambos presidentes se acomodan en sus sillas bajo la consigna de “aquí me quedo”. Guerrilleros, paramilitares, políticos y militares relacionados con masacres y falsos positivos en Colombia, quedan libres por vencimiento de términos u otras “leguleyadas”. A las élites sólo les interesa mantener y disfrutar sus libertades. Y para ello, seguirán recurriendo al dinero de los narcos. Y los narcos seguirán trabajando, incansables, para que la maquinaria de capitales y mercados siga en movimiento. Como dice Villoro, “lo mismo da que se encuentren en un presidio de máxima seguridad o en una mansión con jacuzzi, pues no dejan de operar”. A esto es a lo que llaman “el mejor sistema socioeconómico que ha logrado el hombre”. No es de extrañar que quien se trague semejante mentira, piense en la muerte como su única amiga. Por mi parte, tengo aún esperanzas en una verdadera alternativa, la que se describe en "Leyendo la economía de Rodolfo Llinás" [33].

Artículos Relacionados

La Crisis del Sistema Financiero: El Islam es la Alternativa (http://mensajesenlaruta.blogspot.com/2010/02/la-crisis-del-sistema-financiero-el.html).

Leyendo la economía de Rodolfo Llinás (http://mensajesenlaruta.blogspot.com/2009/11/leyendo-la-economia-de-rodolfo-llinas.html).

Serge Latouche. En defensa del decrecimiento. ¿Por qué? (http://mensajesenlaruta.blogspot.com/2011/10/serge-latouche-en-defensa-del.html).

Manifiesto Hacker - Sobre la liberación de la información y el conocimiento (http://mensajesenlaruta.blogspot.com/2011/02/manifiesto-hacker.html).

La Vida: Mera Ilusión, Falacia, Vapor sin Valor Alguno (http://mensajesenlaruta.blogspot.com/2011/03/la-vida-mera-ilusion-falacia-vapor-sin.html).

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NOTAS


[1] Más al respecto en staging.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=682308&idseccio_PK=1013
.

[2] “Chris Atkins y su equipo de cineastas se ocuparon en inventar falsas noticias y enviarlas a los medios, mientras documentaban su experimento en formato de cine. Importantes periódicos británicos como The Guardian, Daily Express, The Sun y Daily Star, publicaron las falsas noticias de estos documentalistas, sin tener idea que su mediocridad, negligencia e imprudencia, quedarían registradas para la posteridad. La película Starsuckers fue estrenada durante el Festival de Cine de Londres en octubre de 2009, mostrándole al mundo que no se puede confiar en los medios de comunicación”. De Engaños y Mentiras. Néstor Pedraza. Bogotá, Colombia. 2009. (mensajesenlaruta.blogspot.com/2009/11/de-enganos-y-mentiras.html).

[3] “Es cierto que Uribe Vélez, con su ambición desmedida y estilo antidemocrático, logró cooptar buena parte de los tres poderes del Estado. Domina a sus anchas el Ejecutivo y el Legislativo, pero le surgieron contradicciones con el poder judicial, porque en la Corte Suprema los magistrados no se doblegaron a sus presiones para beneficiar a los congresistas uribistas procesados por los vínculos con las mafias del narcotráfico y del paramilitarismo, lo que se conoce como ‘parapolítica’”. Con Uribe es Imposible Avanzar. Francisco Serrano (entrevista a Carlos Lozano). 2007. (ecuador.indymedia.org/en/2007/11/22352.shtm
l).

[4] “En la Comisión de Acusaciones tomó de nuevo fuerza el proceso que por cohecho se adelanta contra el Presidente Álvaro Uribe Vélez. […] Una de las posibilidades dentro del proceso es abrirle una investigación formal al Jefe de Estado por la posible entrega de prebendas a la hora de ser aprobada la primera reelección presidencial”. Revive Yidispolítica contra el Presidente Uribe. El Espectador. Bogotá, Colombia. 2009. (www.elespectador.com/noticias/politica/articulo176156-revive-yidispolitica-contra-el-presidente-uribe).

[5] “Probado está que trocar el campus en campo de guerra sirve, lo más, para perseguir a quienes se apartan del pensamiento oficial. […] Manoseado recurso de dictaduras, la sucia tarea que Uribe le encarga a esta juventud emulará con la de sus pares en predios que fueron de Videla y Pinochet, y con los ominosos Comandos de Defensa de la Revolución de Fidel Castro y Hugo Chávez. […] La dinámica del espionaje remunerado entre redes de ‘cooperantes’ que hoy agrupan a dos millones doscientos mil civiles, amenaza con despedazar la ‘cohesión social’ del Presidente entre una artillería de infamias, retaliaciones, venganzas y… falsos positivos. La tal iniciativa será cortina de humo para desinflar el debate que la absurda reforma de la salud ha suscitado, señala lasillavacía.com. O los escándalos de corrupción oficial. Sí. Pero también reafirma una estrategia de privatización de la seguridad, función indelegable que el Estado se muestra incapaz de asumir, pese a los ingentes recursos que la nación le asigna. Este Gobierno ha feriado entre particulares, no siempre impolutos, el monopolio de la fuerza. […] El plan de convertir estudiantes en informantes del Ejército integrará el frente juvenil a una estrategia de seguridad que no se limita a la derrota de la guerrilla y la desmovilización de los paramilitares: también persigue el control social y político de la comunidad, con las armas de la República y militarizando a la sociedad civil”. Leña a la Hoguera. Cristina de la Torre. El Espectador. Bogotá, Colombia. 2010. (justiciaypazcolombia.com/Lena-a-la-hoguera).

[6] “Dirigentes de la oposición al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmaron ayer que éste y el presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez, mantienen a sus países en conflicto, incluso con llamados a preparativos bélicos, como una cortina de humo. […] ‘Tenemos muchos problemas con los servicios públicos, como el agua y la electricidad, por eso creo que es una maniobra para escaparse de su responsabilidad en vez de asumirla’”. Conflicto entre Chávez y Uribe sería una ‘cortina de humo’. Resumen de Agencias. Vanguardia.com. Bucaramanga, Colombia. 2009. (www.vanguardia.com/pais/103-pais/45221-conflicto-entre-chavez-y-uribe-seria-una-cortina-de-humo-).

[7] “El comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla de León, anunció en Cartagena que los norteamericanos podrán usar también las bases de Larandia, en Caquetá, y Tolemaida, entre Tolima y Cundinamarca”. Estados Unidos utilizará en total siete bases militares en Colombia. Revista Semana. Bogotá, Colombia. 2009. (www.semana.com/noticias-seguridad/estados-unidos-utilizara-total-siete-bases-militares-colombia/127031.aspx
).

[8] “La corrupción política en Colombia en realidad precedió el surgimiento del narcotráfico a gran escala en el país. En efecto, está profundamente arraigada en la herencia colonial del país y en los patrones de política elitista, gobierno patrimonial y relaciones patrón-cliente a través de los dos siglos que han transcurrido después de la independencia. El narcotráfico y el fenómeno concomitante de violencia criminal y corrupción política que éste produce, primero se originó en Colombia a finales de los años sesenta y los setenta en un contexto de débil institucionalización del estado, ya abundante en corrupción política y clientelismo. La aparición y expansión de organizaciones criminales transnacionales poderosas involucradas en el tráfico internacional de drogas durante los años setenta y ochenta fueron resultado de —y exacerbaron significativamente— las debilidades institucionales subyacentes del sistema político colombiano. En los años ochenta y principios de los noventa las enormes ganancias obtenidas por los carteles en Colombia en tráfico ilícito de drogas les permitieron organizar y equipar su propio ejército privado (grupos paramilitares) y sobornar e intimidar a los políticos colombianos y los funcionarios del gobierno en todos los niveles. Como resultado, el sistema de justicia colombiano prácticamente colapsó a finales de los años ochenta y principios de los noventa, miembros clave de la policía y el ejército eran rutinariamente comprados y cerca del 60% de los miembros del Congreso colombiano recibieron contribuciones ilícitas para sus campañas con el fin de garantizar su cooperación en asuntos cruciales tales como la extradición. La élite empresarial o el sector privado también resultó ser vulnerable y cómplice, casi siempre aceptando pagos en efectivo, facilitando operaciones de lavado de dinero mediante negocios legales, vendiendo propiedades a precios exorbitantes, entre otras. De hecho, durante la década del noventa casi siempre era imposible distinguir claramente entre actividades legales e ilegales del sector privado”. Narcotráfico, Violencia Política y Política Exterior de Estados Unidos hacia Colombia en los noventa. Dr. Bruce Michael Bagley. Revista Colombia Internacional. Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia. 2001. (www.lablaa.org/blaavirtual/revistas/colinter/bagley.htm
).

[9] Traffic, dirigida por Steven Soderbergh en 2.000, protagonizada por Benicio del Toro y Michael Douglas.

[10] Ya en 1995 se hablaba de la conformación del nuevo cartel de Antioquia, del que poco o nada se ha dicho en la última década. Véase Se Está Organizando El Cartel De Antioquia: Policía De Medellín. El Tiempo. Bogotá, Colombia. 1995. (www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-316404).

[11] “Castellanos y su esposa se hacen llamar ungidos y aseguran tener un poder especial otorgado por el Espíritu Santo. En su megalomanía, recalcan su idea de escalar hacia el éxito siguiendo su modelo, que está haciendo de la suya una de las Iglesias protestantes más grandes de Colombia, y a ellos, a dos de los pastores más ricos de Latinoamérica. Su afán de enriquecimiento los ha llevado a alejarse de Dios a tal punto, que han sido investigados por posible enriquecimiento ilícito, y se ha denunciado que el modelo G12 es un sistema piramidal con excesivas exigencias de dinero a los fieles, amén de que las prácticas rituales de la MCI están más cerca de la santería que de la tradición Cristiana. La implementación del modelo G12 en la MCI significó el retiro de varios de sus más importantes líderes, que estuvieron en desacuerdo con esa nueva 'iluminación divina'. […] Gracias a las influencias políticas de los Castellanos, a su poder económico y al número de fieles de su iglesia, no sólo no han prosperado las investigaciones en su contra […], sino que el propio presidente Álvaro Uribe ha recurrido a ellos para obtener mayor apoyo electoral”. La Biblia y el Corán frente a la pobreza y el hambre. Said Abdunur Pedraza. Bogotá, Colombia. 2009. (mensajesenlaruta.blogspot.com/2009/11/la-biblia-y-el-coran-frente-la-pobreza.html).

[12] “Igual que otros organismos como la Mapp-OEA, la Human Rights Watch dice que con la última desmovilización de paramilitares en el 2006 (en total fueron 31.671 paramilitares que se desmovilizaron), este fenómeno no se acabó. Por eso critica fuertemente al gobierno central que siempre ha dicho que los paramilitares ya no existen en el país. […] El organismo también ve con preocupación que el gobierno no haya aprovechado el proceso para interrogar a los paramilitares sobre los activos, los cómplices y las operaciones delictivas de estos grupos. Muestra de ello es que a pesar de la desmovilización de Freddy Rendón, ‘El Alemán’, ex jefe del Bloque Élmer Cárdenas, lo reemplazó su hermano Daniel, alias ‘Don Mario’, quien continuó muchas de las actividades del bloque como narcotráfico, extorsión, protección de terrenos apropiados en forma ilícita por personas vinculadas con los paramilitares y hostigamiento de civiles en la región de Urabá”. Gobierno no ha hecho lo suficiente para combatir a los sucesores de los ‘Paras’: HRW. Revista Semana. Bogotá, Colombia. 2010. (www.semana.com/noticias-nacion/gobierno-no-ha-hecho-suficiente-para-combatir-sucesores-paras-hrw/134492.aspx
).

[13] “’El Gobierno desde el comienzo sabía que estaba negociando con personas que estaban involucradas con el narcotráfico, porque es imposible hacer una guerra como la que estaban haciendo las AUC sin tener financiación del negocio de las drogas’, asegura el analista Mauricio Romero. El observador añade que ‘antes eran grupos locales, unos vinculados con narcotraficantes y otros con ganaderos. En algunos casos también tolerados por miembros de las Fuerzas Militares´. […] ‘Que si son paramilitares, que si son narcotraficantes, ese no es el punto. El punto es que el proceso con las AUC supone negociación con narcotraficantes. Es así de claro’, opina Romero”. Narcos y paras: la delgada línea. El País. Bogotá, Colombia. 2005. (www.elpais.com.co/paisonline/notas/Agosto272006/lineaparas.html
).

[14] “La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por la masacre de Mapiripán (Meta), perpetrada por un grupo de paramilitares entre el 15 y el 20 de julio de 1997. En el hecho habrían sido asesinadas unas 49 personas. Lo condena es por la violación de la vida, la integridad personal, la libre circulación y residencia y el derecho a la justicia. Según la Corte, existió responsabilidad del Estado, pues miembros del Ejército colaboraron con los ‘paras’ que perpetraron la masacre”. Condena al Estado por masacre de Mapiripán. El Tiempo. Bogotá, Colombia. 2005. (www.acnur.org/index.php?id_pag=4105
).

[15] “Después de un largo camino del proceso de desmovilización y cuando [la ‘bancada de los paramilitares’] se había lucido al lograr que los jefes paras echaran discursos en pleno salón elíptico del Congreso y la Ley de Justicia y Paz se había aprobado, llegaban unas nuevas elecciones, y con ellas la pregunta de cuál era el paso a seguir. […] Por un lado, Mancuso, 'Don Berna' y 'Jorge 40' insistían en que el camino ya estaba despejado para formar su propio movimiento político nacional y participar directamente en la política. Por otro, 'Ernesto Baez', Carlos Mario Jiménez, alias 'Macaco', y Rodrigo Pérez Alzate, alias 'Julián Bolívar', insistían en mantener las alianzas con los políticos. Esta última ganó, y se adoptó como estrategia electoral previa al posterior objetivo de presionar la negociación con las elites nacionales. […] Lo cierto es que el famoso 35% de "amigos en el Congreso" del que hablaron en su momento los jefes de las autodefensas Salvatore Mancuso y Vicente Castaño sobre los parlamentos de 2002 y de 2006, pareciera confirmarse con los datos de la investigación. Si en 2002 tuvieron 26 senadores y sus fórmulas a la cámara, y en 2006, 33 senadores y 50 representantes, la suma da 83, que se acerca al 32% de las 268 curules disponibles”. Para Entender la Para-Política. Revista Semana. Bogotá, Colombia. 2007. (www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=100953
).

[16] “Según se manifiesta en la información remitida por el Centro de Solidaridad de la Federación Internacional de Periodistas de Colombia, […] ha sido mediante un panfleto introducido por debajo de la puerta de la residencia de la periodista Andry Gisseth Cantillo, en Pitalito, Huila, como fue conminada ésta a abandonar la población en 24 horas, por el grupo paramilitar de extrema derecha Águilas Negras, tras ser declarada objetivo militar […]. Por su parte, una redactora política del Diario El Nuevo Día de Ibagué, Tolima, Alma Liliana Sánchez, recibió una llamada intimidante de la oficina de comunicaciones de la multinacional minera Anglogold Ashanti, el mismo día en horas de la mañana. […] Andry Gisseth, denunció, el año pasado, varios casos de los llamados ‘falsos positivos’ en el Sur del Huila, en los que civiles eran presentados como guerrilleros muertos en combate, violación sistemática a los derechos humanos por parte de miembros de la Fuerza Pública, detenciones arbitrarias y numerosas infracciones al Derecho Internacional Humanitario. […] ‘Con relación a los asesores de comunicaciones de la multinacional Anglogold Ashanti y su intento de atemorizar a la colega Alma Liliana Sánchez, consiguieron exactamente lo contrario: desde hoy, los ojos de miles de periodistas colombianos y extranjeros, estarán sobre la pista de esa licencia para una mina en ¡zona de reserva forestal!’”. Amenazadas periodistas en Huila y Tolima por paramilitares y contratista de multinacional. Lola Fernández. Federación Colombiana de Periodistas. Bogotá, Colombia. 2009. (www.altavozparaelsilencio.net/index.php?option=com_content&view=article&catid=5%3Alibertad-de-expresion&id=358%3Aamenazan-a-periodistas-paramilitares-y-contratistas-de-multinacionales&Itemid=50&lang=en
).

[17] “La Iglesia Católica Colombiana padece de una mudez parcial, que la convierte en cómplice desde el silencio, de la muerte por acciones violentas ejecutadas por los aparatos militar y paramilitar, que solamente durante el primer período presidencial de Álvaro Uribe Vélez, que abarcó los años 2002-2006, y en el cual fueron asesinados o desaparecidos por razones políticas más de 11.084 personas. […] Sin embargo no callaron, sino que actuaron en defensa, cuando el arzobispo católico Isaías Duarte, destapado por el ‘desmovilizado’ jefe paramilitar Diego Murillo, se supo que fue uno de los seis ideólogos de los grupos de ultraderecha, relación entre cura y paramilitares que comenzó en 1988 en la región bananera de Urabá, donde tanta sangre inocente quedó abonando esa tierra que resistía los embates de las multinacionales”. Cuando el silencio es el peor asesino. Ingrid Storgen. Kaos en la Red. 2007. (www.kaosenlared.net/noticia/cuando-silencio-peor-asesino-iglesia-colombiana
).

[18] “Investigadores que manejan los procesos de la 'farcpolítica' manifiestan que existen archivos de Inteligencia militar y grabaciones en el DAS suficientes para llevar a juicio a varios dirigentes políticos, pero que las autoridades no se las entregan porque, a raíz de los escándalos por las interceptaciones ilegales, temen ser judicializados y llevados a la cárcel”. ¿Y de la 'farcpolítica' qué? José Manuel Acevedo. Revista Cambio. Bogotá, Colombia. 2010. (www.cambio.com.co/paiscambio/863/6996988-pag-2_2.html
).

[19] “Un uniformado que manejaba un vehículo militar en el que se transportaba acetona, insumo utilizado por los narcotraficantes para el procesamiento de coca, sufrió un accidente de tránsito en la vía Bogotá-Villavicencio, cerca del municipio de Cáqueza. […] La Fiscalía General de la Nación indaga varios documentos del Batallón de Servicios y logra establecer quién ordenó el traslado de la sustancia química y así mismo, se intenta determinar con qué fin era movilizado dicho insumo”. Vehículo militar transportaba insumos para procesamiento de coca. El Espectador. Bogotá, Colombia. 2009. (www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo170983-vehiculo-militar-transportaba-insumos-procesamiento-de-coca).

[20] “De las grandes masacres con resonancia en la prensa, estos jefes y los nuevos relevos de las grandes familias narco-paramilitares ordenan a las redes bajo su mando cometer asesinatos desgranados, ‘discretos’, que sólo hacen noticia en los diarios regionales. […] En los últimos tiempos, a las víctimas anónimas se añade, como reactualizando la pesadilla, la persecución de una nueva generación de líderes, hoy principalmente compuesta por mujeres sobrevivientes del anterior ciclo de violencia, que venciendo el miedo han empezado a reclamar sus tierras. […] La persecución viene acompañada del control social ejercido barrio por barrio a través de lo que los habitantes vigilados han venido a llamar ‘el poste’, aquel individuo encargado de alertar y señalar a vecinos sospechosos. Los colombianos estigmatizados por ciertos rasgos son abiertamente marcados, perseguidos y asesinados. […] Como lo demuestra el último informe del Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación sobre la masacre de El Salado, la impunidad es evidente. La omisión y complicidad de algunas autoridades que tenían el deber de proteger a los ciudadanos no han sido investigadas y los responsables siguen libres”. ¿Seguridad Democrática Selectiva? María Emma Wills O. El Espectador. Bogotá, Colombia. 2009. (www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso179511-seguridad-democratica-selectiva).

[21] “Aún con las manos atadas, los llevaban al sitio donde el instructor esperaba para iniciar las primeras recomendaciones: ‘Las instrucciones eran quitarles el brazo, la cabeza, descuartizarlos vivos’. […] Villalba describe el proceso: ‘A las personas se les abría desde el pecho hasta la barriga para sacar lo que es tripa, el despojo. Se les quitaban piernas, brazos y cabeza.Se hacía con machete o con cuchillo. El resto, el despojo, con la mano. Nosotros, que estábamos en instrucción, sacábamos los intestinos’”. Destapan mayor fosa común del continente: Colombia, en el paroxismo del horror, clama solidaridad. Azalea Robles. Colombia. 2010. (portal.ajintem.com/noticias-internacionales/america-latina/1884-destapan-mayor-fosa-comun-del-continente-colombia-en-el-paroxismo-del-horror-clama-solidaridad.html
).

[22] ¿Todavía hay quien piensa que ya se superaron las cacerías de brujas medievales, las inquisiciones católicas y protestantes que los reyes europeos utilizaron para deshacerse de opositores, mientras el pueblo aprovechaba para deshacerse también de los vecinos cuyas tierras ambicionaban? Los paramilitares han confesado que en muchas ocasiones confirmaron que habían asesinado a personas señaladas de ”colaboradoras de la guerrilla” por vecinos que, sencillamente, querían apropiarse de sus bienes o parejas.

[23] “Se trata del mayor enterramiento de víctimas de un conflicto de que se tenga noticia en el continente. Habría que trasladarse al Holocausto nazi o a la barbarie de Pol Pot en Camboya, para encontrar algo de esta dimensión. […] ‘El comandante del Ejército nos dijo que eran guerrilleros dados de baja en combate, pero la gente de la región nos habla de multitud de líderes sociales, campesinos y defensores comunitarios que desaparecieron sin dejar rastro’. […] El horror de La Macarena ha puesto de actualidad la existencia de más de mil fosas comunes con cadáveres sin identificar en Colombia”. Aparece en Colombia una fosa común con 2.000 cadáveres. Antonio Albiñana. Diario Público. Madrid, España. 2010. (www.publico.es/internacional/288773/aparece/colombia/fosa/comun/cadaveres).

[24] “Yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnostico era obvio: Migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía. ¿Qué hicieron? Nada. […] ¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo?” Entrevista con "Marcola", líder carcelario brasileño, jefe de la banda Primer Comando de la Capital. Arnaldo Jabor. O Globo. Brasil. 2007. (www.eutsi.org/kea/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=260
).

[25] “Las mafias tienen una cantidad de riqueza líquida, producida sobre todo por el tráfico de cocaína y de droga, en momentos en que la economía es de papel. Por eso hay que estar muy atentos en esta fase de crisis para tratar de entender adónde, también gracias al concurso de algunos bancos, terminan los capitales criminales y los capitales mafiosos. […]¡Los bancos son el verdadero problema! El sistema bancario, detrás de la exigencia del secreto en los movimientos de las transacciones financieras, ha representado el instrumento fundamental que las mafias han tenido para reinsertar su dinero en la economía legal”. La mafia es mafia por sus relaciones con los políticos. Elisabetta Piqué (entrevista a Francesco Forgione). La Nación. Roma, Italia. 2010. (www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1228991).

[26] “La crisis financiera comienza cuando una gran cantidad de hipotecas en EEUU no se pueden cobrar. Son las llamadas hipotecas subprime, o también hipotecas basura. La mayoría de los bancos en EEUU y muchos bancos europeos tienen algún producto basado en estas hipotecas, es lo que llaman activos tóxicos. Algunos bancos no pueden ocultar por más tiempo sus pérdidas y las bolsas sufren caídas casi diariamente en todo el mundo. […] El sistema financiero depende hasta tal punto de los bancos que estos se permiten el lujo de no traspasar el dinero que les llega de los gobiernos a las empresas y las personas, sino que deciden quedárselo sin más explicaciones para sanear sus balances. Dada la gran cantidad de dinero que han invertido en lo que ahora llaman activos tóxicos, todos tratan de ocultar, mientras sea posible, sus enormes deudas y desconfían los unos de los otros. Esto hace que retengan el dinero. […] Cualquier empresa mal gestionada, que no es competitiva, que no vende los productos que fabrica, puede declararse en quiebra y despedir a sus trabajadores. Los bancos mal gestionados, que tienen enormes deudas por su mala gestión no pueden quebrar, para eso están los gobiernos de sus países, para prestarles todo el dinero que necesiten”. La Crisis del Sistema Financiero: El Islam es la Alternativa. Umar Farruq Gutiérrez. Mezquita de Granada. España. 2009. (www.mezquitadegranada.com/index.php?id=crisis-financiero-alternativa-is).

[27] “Las relaciones entre la multinacional Chiquita Brands y los paramilitares iban mucho más allá de pagarles una vacuna de seguridad. La empresa llegó a transportar y guardar un lote de armas y municiones de Carlos Castaño. […] El caso de Chiquita inaugura las revelaciones sobre la responsabilidad del sector privado y el alcance del dominio paramilitar en grandes zonas del país. Así como hay una 'para-política', este caso revela cómo ha existido un 'para-empresarismo'. También muestra cómo, pese a las evidencias, las autoridades colombianas han estado poco interesadas en impulsar estos procesos, al contrario de lo que sucede con las autoridades extranjeras”. Banana ‘para-republic’. Revista Semana. Bogotá, Colombia. 2007. (www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=101602).

[28] “[El] volumen de las ayudas públicas [para evitar la quiebra de la banca europea]: 10 billones de euros en apoyo a la banca, tipos de interés al mínimo y estímulos fiscales equivalentes al 2% del PIB en los países del G-20. […] En total, las medidas de apoyo a la banca equivalen ya al 31% del PIB de la UE, aunque la cantidad utilizada es poco más de un tercio”. Los bancos centrales instan a una retirada gradual de ayudas públicas. A. Bolaños, R. M. de Rituerto. Madrid, Bruselas. 2009. (www.elpais.com/articulo/economia/bancos/centrales/instan/retirada/gradual/ayudas/publicas/elpepieco/20091110elpepieco_5/Tes). “Hay que tener muy poca vergüenza, una falta de sensibilidad infinita y un cinismo visceral para estar haciendo todo eso para favorecer a los bancos propiedad de los más ricos del mundo y, al mismo tiempo, no tener más discurso que demandar salarios más bajos y austeridad para los que menos tienen. Y, por supuesto, hay que tener una sangre muy especial para ser capaces de estar proporcionando a los mercados bancarios cientos de miles de millones de dólares de financiación privilegiada y no tener ni un miserable euro, ni un podrido dólar para ponerlo a disposición de los 900 millones de hambrientos del planeta, de las poblaciones pobres de Haití, de Cuba que padecen los destrozos de los huracanes o de otros países que pasan sufrimientos de todo tipo”. Docenas de millones para salvar a los bancos; nada para salvar a las personas. Juan Torres López. España. 2009. (www.sodepaz.org/noticias-mainmenu-3/663-docenas-de-millones-para-salvar-a-los-bancos-nada-para-salvar-a-las-personas.html
).

[29] “Los principales grupos fueron las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y los llamados ‘Pepes’ […] [que tuvieron] su origen a principios de los noventa, cuando el narcoterrorismo en Colombia cobraba una fuerte sangría y aparecieron los Perseguidos por Pablo Escobar (PPE), que terminaron en el vocabulario popular como los Pepes, quienes asesinaron a unos cincuenta colaboradores del líder del cártel de Medellín, Pablo Escobar. Para la gente eran como justicieros, pero al final se supo que la CIA, la DEA y los mismos paras formaban parte de sus filas”. Narcos y paras, azotes de México y Colombia. El Universal. México. 2010. (www.eluniversal.com.mx/notas/656130.html).

[30] “En el seno de esta familia danesa las mujeres siguen con atención el debate abierto, conscientes de que marcará su vida diaria. ‘Para nosotras que usamos el niqab, si se prohibe su uso acabaremos encerradas —se lamentaba una de ellas—. Tendríamos que quedarnos en casa y sería como una prisión para nosotras’”. El debate sobre la prohibición del velo integral islámico se extiende por Europa. Euronews. Unión Europea. 2010. (es.euronews.net/2010/01/30/el-debate-sobre-la-prohibicion-del-velo-integral-islamico-se-extiende-por-europa/
).

[31] “Si bien es muy grave que en las divisiones de Inteligencia y Contrainteligencia del DAS consideren como 'blancos legítimos' a integrantes de la Corte Suprema, no es menos escandaloso que periodistas y medios de comunicación también sean objeto de interceptaciones y seguimientos por parte del DAS. […] ‘En el tema de medios es obvio que la prioridad es conocer la información de aquellos que le inquietan al gobierno, o bien porque son muy críticos o porque a diferencia de otros medios, no los puede controlar a su antojo’, afirma el detective de contrainteligencia que habló con SEMANA. […] El tema de los seguimientos a miembros de la Corte Suprema, a periodistas, integrantes de la oposición e incluso del alto gobierno, es apenas la punta del iceberg de lo que está ocurriendo en el DAS. El desorden que allí impera no sólo ha sido capitalizado por algunos miembros del alto gobierno para ’pedir favores’ de carácter político. Las organizaciones criminales como los narcos, los paramilitares o la guerrilla también han encontrado allí una fuente valiosísima de información que se vende al mejor postor”. El DAS sigue grabando. Revista Semana. Bogotá, Colombia. 2009. (www.semana.com/noticias-nacion/das-sigue-grabando/120991.aspx
).

[32] “Dicen que Bolívar se anticipó. Lo hizo en un sentido. Otro siglo de colonia no hubiera sobrado en América. A él mismo, en los ratos de melancolía, lo desasosegaba el temor muchas veces y dudaba de si esas masas que había libertado contra sí mismas iban a ser capaces de autogobernarse con alguna decencia. Por eso fraguaba esos delirios que solo asaltan a la gente en las hamacas, imposibles de cumplir, como el poder moral que educara a los senadores (aunque se le cumplió el del senado vitalicio y hereditario)”. El sainete del bicentenario. Eduardo Escobar. El Tiempo. Bogotá, Colombia. 2009. (www.eltiempo.com/opinion/columnistas/eduardoescobar/ARTICULO-WEB-PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-5559557.html
).

[33] "Llinás lo ha dicho, podemos cambiar. Los seres humanos no estamos condenados por un determinismo absoluto, ni por nuestros genes, ni por la educación que recibimos los primeros 6 o 10 años de vida. Nos construimos a nosotros mismos, en lo individual y en lo colectivo. El mundo hoy día es como es porque entre todos aportamos a que así sea, y entre todos podemos hacerlo distinto. La pregunta es: Si a Ud. le garantizan que tendrá una vida digna, con opciones reales de educación, vivienda, salud, en una ciudad con buena infraestructura, sin violencia en las calles, donde sus hijos no estarán expuestos a las pandillas, la drogadicción, la prostitución y el tráfico de personas, pero a cambio debe aceptar que el gobernante sea musulmán y que las leyes no sean dictadas por un senado sino que sean las leyes escritas hace más de 14 siglos en el Corán, ¿aceptaría, o preferiría alguna de las opciones de sociedad que hoy tiene a su alcance?" Leyendo la economía de Rodolfo Llinás. Said Abdunur Pedraza. Bogotá, Colombia. 2009. (mensajesenlaruta.blogspot.com/2009/11/leyendo-la-economia-de-rodolfo-llinas.html).




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