martes, 25 de noviembre de 2014

Película “El creyente” – Un Judío Nazi Nihilista

PELÍCULA “EL CREYENTE” – UN JUDÍO NAZI NIHILISTA

Advertencia de spoiler: Este artículo resume la trama de la película El creyente y cuenta su final. La película fue aclamada por la crítica, ganó el Gran Premio del Jurado en el Sundance Film Festival en 2001 y el Golden St. George en el 23er Festival Internacional de Cine de Moscú, y su protagonista fue muy elogiado por su actuación. Repito, aquí se cuenta cómo termina la película.


Nota introductoria: El autor del texto central que aquí publico escribe desde su perspectiva como católico practicante y estudioso de teología romana. Considero que su análisis es acertado en la medida que explica el espíritu que mueve el apoyo de los sionistas, tanto judíos como cristianos, a la masacre desatada en Palestina durante la última década por parte de Israel. En ese sentido, este artículo revela un profundo alcance teológico, social y político de la película en relación al camino que el Judaísmo está siguiendo y a lo que podemos esperar de Israel en el futuro.

Publicado originalmente por Dr. Henry Makow* en julio 1º de 2014 en henrymakow.com/the_nihilist_the_nazi_the_jew.html
* Henry Makow es un escritor canadiense y doctor en literatura inglesa.


Quizás la única película que le da una mirada crítica al Judaísmo es esta, de 2001, que trata de un judío que se hace nazi, y que no logró recuperar en taquilla el dinero invertido, a pesar de obtener el 84% de opiniones positivas de los críticos.

Henry Bean, el director, dice que los distribuidores de Hollywood rechazaron la película después de que una audiencia de matronas judías en el Centro Simon Wiesenthal la calificó con sus pulgares hacia abajo.

En la crítica siguiente, donde Jones utiliza el término “nihilista” yo usaría “satanista.”



Judíos nazis
Por Dr. E. Michael Jones**
Publicado en abril de 2011 en www.culturewars.com/2011/JewishNazis.htm(Pág.ha sido movida o eliminada a la fecha)
Extracto editado por Henry Makow en mayo 2011

** E. Michael Jones es un escritor estadounidense y exprofesor de la universidad de Santa María en Indiana, Estados Unidos. Es editor de la revista digital Culture Wars y autor de varios libros acerca de la relación entre la Iglesia Católica y el secularismo, y sobre las fricciones históricas entre católicos y judíos. Entre sus obras se encuentra el libro “Judíos nazis”, de donde se tomó este fragmento.


El creyente es una película de 2001 escrita y dirigida por Henry Bean acerca de un judío ortodoxo, interpretado por Ryan Gosling, que se hace neonazi. La película está inspirada en la vida de Daniel Burros, un neonazi que cometió suicido a mediados de la década de 1960, después de que un periodista del New York Times escribió un artículo en el que lo exponía como judío.

Según Bean: “Burros estaba alojado en un campamento en Poconos con los neonazis cuando apareció la historia en el New York Times que afirmaba que él era judío. Los nazis no estaban molestos. Ellos solo decían bien, sentémonos, podemos hablar de esto. Pero Burros salió de su habitación, se puso un revólver Wagner y se disparó. Se suicidó menos de una hora después de que la historia salió a la luz pública.”

Bean comenzó a indagar la historia de Danny Burros en la década de 1970 cuando  vivía como escritor en la costa oeste. Comenzó a ver a Burros como la representación se una clase particular de judío. “Él era un rabino frustrado. El antisemitismo es una forma de Judaísmo practicante. Él es una especie de rabino, después de todo. Judío en el día, nazi en la noche… Estaba ocultando desesperadamente algo y al mismo tiempo trataba de exteriorizarlo compulsivamente. La gente es llevada a la contradicción. Él experimentaba una conversión, pero no de regreso a la Tora.”

Al contar la historia del judío nazi, Bean concluyó: “Comencé a entender lo que es el Judaísmo.”

La explicación de Bean sobre cómo un judío puede convertirse en nazi está en la raíz teológica. A través de una serie de flashbacks, el espectador ve a Danny Balint, como se llama en la película, discutiendo con su maestro de la escuela talmúdica sobre si Abraham le perdonó la vida a Isaac, como se relata en el Génesis, o si, como Danny sostiene, este último murió en el monte Moriah.

Los problemas de Danny con la religión derivan del hecho de que él se toma la Tora mucho más en serio y de forma más literal que sus compañeros de la escuela talmúdica. Cuando uno de ellos le dice a Danny que “el temor de Dios es el comienzo de la sabiduría,” él se explaya en prosa: “El temor de Dios,” responde, “te hace temerle a todo. ¿Acaso crees en Dios? Yo soy el único que cree. Lo veo como el loco ebrio de poder que es. ¿Y se supone que debemos adorar semejante deidad? Yo dijo: jamás.”

En ese punto, el profesor le dice a uno de los estudiantes: “Pídele al rabino Singer que retire a Danny de mi clase,” lo que impulsa a Danny a elevar sus ojos y decirle a Dios: “Deja entonces que Él me destruya ahora mismo. Que me destruya como el matón vanidoso que es. ¡Hazlo!”

Cuando Danny accede a que lo entreviste un periodista del New York Times, le da un discurso elocuente de antisemitismo. El Judaísmo “es una enfermedad… El verdadero judío es un nómada y un errante. No tiene raíces ni apegos. Lo universaliza todo. Todo lo que puede hacer es comprar y vender, y manipular los mercados. Todo es mental. Marx, Freud, Einstein: ¿Qué nos han dado? Comunismo, sexualidad infantil y la bomba atómica. Ellos no quieren nada más que la nada, nada sin fin.”

El eje central de El creyente es teológico. Danny ha penetrado el corazón de la religión judaica al entender que los judíos adoran la Nada. Como le dice al periodista del Times, los judíos “no quieren nada más que la nada, nada sin fin.”

El periodista del Times queda impactado, pero al momento en que el verdadero problema surge, él cambia el tema. “Wow,” le dice a Danny, “tienes una oratoria increíble, pero ¿cómo puedes creer todo eso si tú mismo eres judío?”

Al verse confrontado por la contradicción en el corazón de su identidad, Danny se pone violento. Al principio niega ser judío, luego amenaza con demandar al Times si el periodista publica el artículo: “Su irrespeto es temerario. Voy a demandar a su periódico judío de porquería.” Finalmente, saca un arma, se la pone en la boca al periodista, y como si no fuera consciente de la contradicción, le anuncia: “Si publica ese artículo, me mato.”

Todos los temas que hemos estado discutiendo —judíos, racismo, nazismo, nihilismo y violencia— están presentes en esta poderosa escena. En este punto, comienzan a unirse en una imagen coherente.

El judío nazi es un terrorista político, pero es antes que nada, un nazi, es decir, una clase particular de socialista. Los judíos fueron atraídos hacia el socialismo y el comunismo a lo largo del siglo XIX. De hecho, los judíos constituían la columna vertebral de esos movimientos. Los judíos se sienten atraídos hacia esos movimientos porque les proporcionan tanto un antídoto como una forma de expresar políticamente el nihilismo judío, que surgió cuando llegó la Ilustración a los shtetl (villas judías en Europa central y oriental) y destruyó el Judaísmo rabínico.

Privado de una cosmovisión coherente, el judío continúa teniendo el sentido de ser miembro del pueblo elegido, lo que ahora solo puede hallar expresión en la violencia revolucionaria. La mejor forma para que el shtetl judío consiguiera Tikún Olam (reparar el mundo) era por la vía de la dinamita y el revólver Colt.

EL JUDAÍSMO ES NIHILISTA


Después de su rechazo de Jesucristo, los judíos confeccionaron una religión que está basada en la ausencia de Logos, es decir, la ausencia de Ser, es decir, la nada.

Si la Eucaristía en el tabernáculo en la Iglesia Católica se puede denominar “la presencia real”, entonces lo que los judíos que rechazan a Jesucristo adoran en su sinagoga puede ser denominado “la ausencia real”, que es otra palabra para la nada. Los judíos no adoran nada, o mejor, los judíos adoran la nada. El judío, como Jacques Derrida ha señalado a su pesar pero con amplitud en su crítica literaria deconstructiva, está obsesionado con la ausencia de presencia o la presencia de ausencia.

El nihilismo conduce inevitablemente a la violencia porque la violencia, que es una manifestación de la voluntad arbitraria y autónoma, es la única forma en que la persona activa puede asegurar su existencia en un mundo sin Logos.

La violencia es una forma extrema de autoafirmación, y solo las formas extremas de afirmación son lo suficientemente potentes para evitar el deslizamiento hacia el no ser al que el judío nihilista está expuesto por el hecho mismo de que es judío.

El nihilismo, en otras palabras, conduce inevitablemente a la violencia. Así que, para regresar a la trama de El creyente, cuando Danny entra a una librería judía, se encuentra con uno de sus excompañeros de la escuela talmúdica (Yeshiva), que lo invita al servicio religioso en la sinagoga —la misma sinagoga en la que resulta que Danny puso una bomba, que no llegó a estallar.

Esta vez él pone otra bomba, programada para estallar durante los servicios del Sabbath, en los que decide leer la Tora. Cuando Danny va a la sinagoga, se encuentra con uno de sus excompañeros de la Yeshiva, que lo llama “judío nazi.”

Al mostrarnos a Danny en la sinagoga donde ha plantado una bomba, Danny el nazi por fin tiene éxito en matar a Danny el judío. Pero ya que muere recitando la Tora, es igualmente exacto afirmar que Danny el judío termina matando a Danny el nazi.


-----
Artículos Relacionados

Goethe y el Islam (http://mensajesenlaruta.blogspot.com/2010/01/goethe-y-el-islam.html).

Sir Bernard Shaw, un escritor cristiano socialista ateo que coqueteaba con el Islam (http://mensajesenlaruta.blogspot.com/2010/02/sir-bernard-shaw-un-escritor-cristiano.html).

Share:

sábado, 8 de noviembre de 2014

Del árabe al español: ¿transliterar, transcribir o traducir?

Del árabe al Español: ¿Transliterar, transcribir o traducir?



Sobre las dificultades de escribir palabras árabes en alfabeto latino, y exposición de la forma correcta de transcribir palabras árabes al idioma español


Autor: Said Abdunur Pedraza


El árabe es el idioma del Corán. En árabe están escritos no solo el libro sagrado de los musulmanes, sino todas las grandes obras de exégesis del mismo (tafsir), así como las compilaciones de los dichos y tradiciones del profeta del Islam (jadiz). Sin importar el idioma que hable un musulmán, en su vida utiliza muchas palabras del idioma árabe que representan conceptos específicos de su religión, y que no son fácilmente traducibles a otras lenguas (como imam, chirk, sura, etc.). De igual manera, los libros sobre Islam, traducidos o escritos en idiomas distintos al árabe, utilizan estas palabras. El problema está en que el árabe se escribe con un alfabeto diferente al que utilizan las lenguas occidentales; por ello, si dentro del texto se utiliza una palabra árabe sin traducir, no es posible escribirla en sus caracteres originales pues el lector no podría leerla.

Entonces, se hace necesaria la utilización de algún medio que permita al lector leer la palabra, o incluso, pronunciarla correctamente. Existen varios métodos que han ido apareciendo a lo largo de la historia, y que han quedado consignados en diferentes textos: Quizás el primero haya sido Estudio sobre el valor de las letras arábigas en el alfabeto castellano, publicado en 1874. En 1928 apareció el libro Notas sobre transcripción de palabras árabes, y en 1943, Normas de transcripción, ambos publicados en Tetuán. La Organización de las Naciones Unidas ha presentado también un método para que los miembros de los diferentes países tengan un sistema unificado de notación que pueda ser entendido por todos, ya que el árabe se ha convertido, en las últimas décadas, en el segundo idioma oficial más importante de la ONU (después del inglés) por el volumen de información que debe traducirse permanentemente desde dicho idioma. Lo propio hizo la organización internacional de estándares, publicando normas al respecto como la ISO R 233 de 1961 y la ISO 233 de 1984. 

El problema para el desarrollo de estos métodos reside en que en el idioma árabe existen sonidos o fonemas que no tienen equivalente en el español, como el gutural de la ع o el sibilante de la ز. El árabe tiene, por ejemplo, cuatro tipos de ‘d’ y tres tipos de ‘j’ que generalmente resultan idénticos al oído del hispanoparlante común. Para resolver este problema, se han desarrollado diferentes métodos de escritura que han sido catalogados de diversas maneras. ¿Cuál utilizar? Depende del público al que se dirija el texto en el que se incluyen las palabras árabes. En términos sencillos, hablamos de transliterar, transcribir o traducir.


LA TRANSLITERACIÓN

TRANSLITERAR significa utilizar algún método para representar de manera exacta cada fonema de la palabra árabe, de modo que el lector pueda pronunciarla como si la leyera en su lengua original. Este método se caracteriza por su reversibilidad. Esto significa que el lector puede reconstruir la palabra original en alfabeto árabe a partir de la palabra transliterada. Para lograr esto, es necesario recurrir a símbolos que no son propios del idioma español, sino que son signos fonéticos utilizados por los expertos estudiosos de las lenguas. El Alfabeto Fonético Internacional incluye signos para representar los fonemas no solo del árabe sino de cualquier idioma; estos signos no nos resultan del todo desconocidos puesto que muchos diccionarios de inglés, español y otros idiomas, representan el sonido de la palabra con símbolos fonéticos. También, hay algunos libros sobre Islam en español en los que se transliteran las palabras árabes.

Este método es útil y necesario en textos avanzados, como los de profundización en jurisprudencia islámica y de exégesis del Corán, en los que se suele emplear una gran cantidad de términos en árabe. La transliteración es compleja debido a los signos que utiliza, y solo puede ser entendida por alguien que conozca los símbolos fonéticos, pero sin ella sería casi imposible diferenciar palabras con sonidos muy similares, pero que representan conceptos islámicos muy distintos.

La transliteración es el método más utilizado en textos académicos avanzados, pero no existe una forma única para transliterar un texto árabe al alfabeto latino. Por ejemplo, el término árabe para designar al idioma árabe clásico es «العربية الفصحى», que transliterado según uno de los diversos métodos desarrollados hasta ahora para la equivalencia fonética, sería: «al-'arabiíah al-fushaà», pero según otro método, sería «al-3rabiat ul-fus7aa».

Se puede incluir al final del libro una tabla que explique los símbolos utilizados, para facilitar su lectura a quien no esté familiarizado con ellos, o se puede recurrir al Alfabeto Fonético Internacional. Sin embargo, este método no resulta útil para textos de nivel básico o intermedio, y mucho menos para escritos dirigidos a público no musulmán. Citando el Manual de Español Urgente, en su apartado Normas de transcripción”:

«Para intentar la pronunciación única, habría que recurrir a un sistema de transcripción fonética internacional; pero existiría la dificultad de conseguir que un alfabeto fonético (distinto del corriente en cada lengua) llegara a ser manejado por los no especialistas y sirviera para los medios de difusión verbal.»


LA TRANSCRIPCIÓN

TRANSCRIBIR significa escribir la palabra árabe de la forma más cercana posible a su sonido original, solo con el uso del alfabeto español. Aquí no es posible la reversibilidad, y el lector no estará en capacidad de pronunciar la palabra tal y como se pronuncia en árabe, pero podrá leerla con facilidad y con una pronunciación cercana a la original. Es un método útil para textos de nivel básico e intermedio y para los medios masivos de comunicación, pues acerca al lector al sonido de la palabra árabe, pero no lo obliga a conocer los complejos símbolos fonéticos. Este método es ampliamente utilizado en las traducciones al inglés y al francés, lo que infortunadamente le ha planteado un problema a los traductores al español.

Debido a que en el siglo XIX los imperios británico y francés invadieron y dominaron oriente medio y el norte de África, respectivamente, se desarrollaron métodos de transcripción al inglés y al francés para poder escribir nombres de personas y ciudades en alfabeto latino. España por su parte, invadió el norte de Marruecos y lo que es hoy la República Árabe Saharaui Democrática, pero en Marruecos el francés desplazó al español, y aunque los saharauis aún utilizan una transcripción del árabe al español, ésta no ha tenido mucha influencia en las publicaciones y medios actuales.

En la actualidad, la mayoría de las traducciones de textos islámicos al español utilizan la transcripción al inglés, debido a que estas traducciones generalmente no se hacen directamente del árabe, sino de trabajos previos del árabe al inglés, y muchas de estas palabras transcritas ya han sido incluidas en diccionarios del inglés. Sin embargo, tampoco existe un único método unificado de transcribir palabras al inglés, por lo que las traducciones al español que simplemente dejan las palabras árabes escritas tal y como aparecen en inglés, difieren también en la forma como se han escrito dichas palabras en inglés. Uno de los métodos más usados por editoriales árabes para transcribir al inglés es el definido por la Biblioteca del Congreso de Estados Unido, pero las revistas impresas y digitales, por ejemplo, suelen utilizar otros métodos más simples.

Siendo que el objetivo de transcribir es acercar el sonido de la palabra original en árabe al idioma español, dicho objetivo se pierde por completo al utilizar una transcripción al inglés: el lector deberá entender a priori que está leyendo un texto en español que incluye palabras en árabe que deben ser leídas en inglés. Esto no solo constituye una falta de respeto hacia el idioma español y hacia el lector hispanoparlante común, sino que hace innecesariamente difíciles los textos que invitan al Islam y que, por ende, van dirigidos a personas que no saben nada del árabe, ni del Islam, y muchas veces, tampoco del inglés.

El mayor problema derivado de ello, es que los hispanoparlantes en su mayoría siguen viendo el Islam como una religión foránea, oriental, exclusiva de los árabes, precisamente porque los textos que están dirigidos a invitarlos a conocer el Islam, están llenos de una terminología que no solo les es ajena, sino que ni siquiera pueden leerla correctamente.

Por ello, es importante utilizar una transcripción correcta al español en lugar de recurrir a las transcripciones al inglés o al francés. El Manual de Español Urgente es un texto fundamental para hacerlo. Con la asesoría de la Real Academia Española y por iniciativa de la agencia noticiosa Efe, en su apartado «Normas de transcripción» establece un método sencillo y claro para que los comunicadores sepan cómo escribir nombres de personas y ciudades, así como otras palabras del árabe, en español, e incluso cómo tomar palabras árabes transcritas al inglés o al francés y escribirlas en una correcta transcripción española. El Manual incluye una lista completa de todos los gobernantes actuales de países árabes, con sus nombres transcritos en español, para que se deje de utilizar la escritura anglosajona de los mismos. El método expuesto en este manual está orientado principalmente a los periodistas, y cumple con las últimas actualizaciones de la gramática (2009) y de la ortografía (2010) publicadas por la RAE. Citando al manual mencionado:

«Estas transcripciones [al inglés y al francés] no sirven en español y, al igual que proceden ingleses y franceses, debemos adoptar los sonidos [de palabras en lenguas con alfabetos distintos al latino] a la grafía y fonética propias, evitando así la confusión y los errores al pronunciar los topónimos provenientes del árabe […]».

Con base en dicho método y aplicando algunas variantes mínimas al mismo, específicas para la terminología islámica, presento a continuación el sistema de transcripción a ser utilizado en la escritura y traducción de textos islámicos al español.

NORMAS PARA TRANSCRIBIR PALABRAS ÁRABES EN ESPAÑOL

En general, cuando nos encontramos con palabras árabes ya transliteradas al inglés o al francés, podemos recurrir a estas normas básicas para hallar su equivalente en transliteración al español:

— Cambiamos ‘th’ por ‘z’.
— Cambiamos ‘j’, ‘dj’ y ‘g’ (ante vocal débil) por ‘y’.
— Cambiamos ‘kh’ por ‘j’.
— Cambiamos ‘gh’ por ‘g’ o por el dígrafo ‘gu’ (ante vocal débil).
— Cambiamos ‘oo’ y ‘ou’ por ‘u’.
— Cambiamos ‘ee’ y ‘y’ por ‘i’.
— Cambiamos ‘dh’ por ‘d’.
— Cambiamos ‘sh’ por el dígrafo ‘ch’.
— Eliminamos las consonantes dobles (por ejemplo ‘dd’ por ‘d’ y ‘ss’ por ‘s’) excepto ‘rr’.
— El apóstrofe lo eliminamos o lo cambiamos por una vocal doble: 'a sería a o aa.
— Eliminamos el uso del guion, por ejemplo en Al Bujari o Al Ándalus.
— La h al final de una palabra la dejamos para señalar la presencia de la letra ha (ه), como en fikh (فقه, en inglés fiqh), pero preferimos eliminarla cuando la letra final es ta marbuta (ة), como en sura (سورة, en inglés surah), a menos que se requiera su utilización para diferenciar la palabra de otra igual o similar dentro del texto.

El siguiente es el cuadro de transcripción del alfabeto árabe al español:

Árabe
Español

Árabe
Español
ا
a

ض
d
ب
b

ط
t
ت
t

ظ
d
ث
z

ع
(*)
ج
y

غ
g / gu
ح
j

ف
f
خ
j

ق
c / qu
د
d

ك
k
ذ
d

ل
l
ر
r

م
m
ز
z

ن
n
س
s

ه
h
ش
ch

و
u
ص
s

ي
i / y

(*) En inglés se suele transcribir la letra ع por apóstrofe (‘), en español la representamos con la vocal correspondiente (a, i, u), como en utla (عطلة) o ibada (عبادة). Véase la indicación acerca del apóstrofe en las normas sobre cómo transcribir al español una palabra árabe ya transcrita al inglés o al francés.


Una vez tenemos la palabra transcrita al español, debemos aplicarle las normas ortográficas de nuestro idioma según la actualización de 2010, que incluye eliminar el uso de la ‘q’ como grafema independiente, por ejemplo cambiando Qatar por Catar e Iraq por Irak. También debe tenerse en cuenta la norma de que, cuando el artículo hace parte de un nombre propio, debe ir en mayúscula, como El Cairo o La Meca. Del mismo modo, escribimos Al Bujari y At Tirmidi poniendo el artículo en mayúscula, pues hace parte del nombre.

A estas normas se agregan algunas excepciones, tendientes a dar mayor exactitud y claridad al texto final en español. Entre ellas:

  • Aunque se ha eliminado el uso del guion, se transcribe el nombre de Dios (الله) utilizando el guion para enfatizar la pronunciación de la ele larga, y para distinguir esta palabra, que es única en el árabe, sin derivadas, y representa la Unidad y Unicidad de Dios: Al-lah. Por extensión, se utiliza esta misma norma en las palabras que incluyen el nombre de Dios, como bismil-lah, aunque en el caso de nombres propios se prefiere la transcripción corriente, como en Abdulá. No debe emplearse la transcripción al inglés, Allah, pues en español el dígrafo ‘ll’ suena como ‘y’.
  • Aunque no se permite el uso de las consonantes dobles, se transcribe el nombre del Profeta (محمّد) con la eme doble para enfatizar su doble pronunciación, y para diferenciar al Profeta de otras personas que tienen su mismo nombre. De ese modo, escribimos Mujámmad para referirnos al Profeta de Dios, y Mujámad para cualquier otra persona con el mismo nombre. Igualmente, escribimos Rabb (ربّ, Señor) con mayúscula y doble b, para enfatizar que nos referimos a Dios.
  • Ya que en español no se utiliza la ‘h’ junto a otra consonante para indicar una variación del sonido de esta última (con la única excepción del dígrafo ‘ch’), se debe mantener la escritura «adán» para el llamado a la oración, en lugar de la transcripción «azán» que se pronuncia «asán» en Latinoamérica, y de la inglesa «adhan». Sin embargo, se puede recurrir al uso de la ‘h’ junto a consonante para diferenciar dos palabras árabes que, al ser transcritas, queden escritas de forma idéntica.
  • Debido a que en español existen palabras terminadas en ‘y’ en las que esta se lee como ‘i’ (por ejemplo, «hoy» y «voy»), transcribimos las palabras árabes que se pronuncian con ye al final dejando la ‘y’ doble si la palabra termina con doble ج, por ejemplo, jayy (حجّ), y representamos este sonido con el dígrafo ‘ch’ si la palabra termina con una sola, por ejemplo, buruch (بروج).
  • El uso de la vocal doble debe evitarse en lo posible, pero también debe aprovecharse para evitar confusiones de palabras. Por ejemplo, debe preferirse la transcripción «imaan» para referirse a la creencia en los seis pilares de la fe islámica (إيمان), marcando la álif (vocal larga) con doble a, y no transcribirla «imán», que es la castellanización del término árabe utilizado para referirse a quien dirige la oración (إمام). Esta última la transcribimos «imam», pero no «imaam» pues no es necesario.

Este método ya está siendo utilizado por agencias de noticias y traductores. Es importante que comencemos a utilizarlo de manera amplia en los textos islámicos.

LA TRADUCCIÓN

La última categoría es la traducción. Debido a que la mayor parte de la península ibérica fue musulmana durante alrededor de 8 siglos, precisamente en la época en que el idioma español estaba en formación, nuestra lengua se vio influenciada por el árabe en su estructura y su gramática, y más de 4.000 palabras castizas provienen del árabe. En textos sencillos sobre Islam, en especial de presentación e invitación a esta bella religión, es posible utilizar términos castizos en lugar de las palabras árabes transliteradas. Por ejemplo, imán (quien dirige la oración), azaque (caridad anual obligatoria), almotacén (inspector de pesos y medidas, y supervisor comercial) y almuecín (persona que hace el llamado a la oración), son palabras incluidas en el diccionario de la RAE. De hecho, este es el método que debería preferirse para dirigirse a personas que desconocen por completo el Islam.

Es responsabilidad del autor o traductor decidir si recurre a la transcripción, la traducción o la transliteración, a la hora de escribir palabras árabes (nombres de personas, ciudades o regiones, términos islámicos, etc.) dentro de un texto en español.

La diferencia entre transliteración, transcripción y traducción puede verse claramente en el mismo ejemplo ya dado: El término «العربية الفصحى» puede transliterarse como «al-'arabiíah al-fushaà», transcribirse como «al arabíatul fusja» y traducirse como «árabe clásico».

De modo que, antes de utilizar términos árabes en un texto, sea original o traducción, hay que decidir, según el público objetivo, si se recurrirá a la transliteración, la transcripción o la traducción, y seguir a lo largo de todo el texto un mismo método de forma consistente.

Como ejemplos, escribo a continuación los Nombres Sublimes de Dios y los títulos de las suras (capítulos) del Corán, usando los tres sistemas:

Los Nombres Sublimes de Dios


No.
Transcripción
Árabe
Español
Transliteración
1
Al-lah
الله
Dios
Allāh
2
Ar Rajmán
الرحمن
El Compasivo con toda la creación
Ar-Raḥmān
3
Ar Rajim
الرحيم
El Misericordioso con los creyentes
Ar-Raḥīm
4
Al Málik
الملك
El Rey de reyes
Al-Malik
5
Al Cudús
القدوس
El Santísimo
Al-Quddūs
6
As Salam
السلام
La Paz
As-Salām
7
Al Mumin
المؤمن
El Dispensador de seguridad
Al-Muʾmin
8
Al Muhaimin
المهيمن
El Custodio de la fe
Al-Muhaymin
9
Al Aziz
العزيز
El Todopoderoso
Al-ʿAzīz
10
Al Yabar
الجبار
El Dominador
Al-Jabbār
11
Al Mutakábir
المتكبر
El Soberbio
Al-Mutakabbir
12
Al Jálik
الخالق
El Creador
Al-Khāliq
13
Al Bari
البارئ
El Iniciador
Al-Bāriʾ
14
Al Musáwir
المصور
El Formador
Al-Muṣawwir
15
Al Gafar
الغفار
El Perdonador
Al-Ghaffār
16
Al Cahar
القهار
El Victorioso
Al-Qahhār
17
Al Wahab
الوهاب
El Dadivoso
Al-Wahhāb
18
Ar Razak
الرزاق
El Proveedor
Ar-Razzāq
19
Al Fataj
الفتاح
El que abre los corazones a la fe y el conocimiento
Al-Fattāḥ
20
Al Alim
العليم
El Omnisciente
Al-ʿAlīm
21
Al Cábid
القابض
El Restrictivo
Al-Qābiḍ
22
Al Básit
الباسط
El Pródigo
Al-Bāsiṭ
23
Al Jáfid
الخافض
El que da humildad
Al-Khāfiḍ
24
Ar Rafi
الرافع
El Enaltecedor
Ar-Rāfiʿ
25
Al Muiz
المعز
El que otorga honores
Al-Muʿizz
26
Al Mudil
المذل
El Humillador
Al-Muzill
27
As Samí
السميع
El Omnioyente
As-Samīʿ
28
Al Basir
البصير
El Omnividente
Al-Baṣīr
29
Al Jakam
الحكم
El Juez
Al-Ḥakam
30
Al Ádel
العدل
El Justo
Al-ʿAdl
31
Al Latif
اللطيف
El Sutil
Al-Laṭīf
32
Al Jabir
الخبير
El Bien Informado
Al-Khabīr
33
Al Jalim
الحليم
El Indulgente
Al-Ḥalīm
34
Al Adim
العظيم
El Grandioso
Al-ʿAẓīm
35
Al Gafur
الغفور
El Absolvedor
Al-Ghafūr
36
Ach Chakur
الشكور
El Recompensador
Ash-Shakūr
37
Al Alíi
العلى
El Sublime
Al-ʿAlī
38
Al Kabir
الكبير
El Grande
Al-Kabīr
39
Al Jafid
الحفيظ
El Preservador
Al-Ḥafīẓ
40
Al Muquit
المقيت
El Preponderante
Al-Muqīt
41
Al Jasib
الحسيب
El que tiene en cuenta todas las cosas
Al-Ḥasīb
42
Al Yalil
الجليل
El Sublime
Al-Jalīl
43
Al Karim
الكريم
El Generoso
Al-Karīm
44
Ar Raquib
الرقيب
El Vigilante
Ar-Raqīb
45
Al Muyib
المجيب
El que responde las súplicas
Al-Mujīb
46
Al Wasi
الواسع
El Vasto
Al-Wāsiʿ
47
Al Jakim
الحكيم
El Sabio
Al-Ḥakīm
48
Al Wadud
الودود
El Afectuoso
Al-Wadūd
49
Al Mayid
المجيد
El Majestuoso
Al-Majīd
50
Al Baiz
الباعث
El Resurrector
Al-Bāʿith
51
Ach Chahid
الشهيد
El Testigo
Ash-Shahīd
52
Al Jak
الحق
La Verdad
Al-Ḥaqq
53
Al Wakil
الوكيل
El Amparador
Al-Wakīl
54
Al Cawí
القوى
El Fuerte
Al-Qawiy
55
Al Matín
المتين
El Firme
Al-Matīn
56
Al Walí
الولى
El Protector
Al-Walī
57
Al Jamid
الحميد
El Loable
Al-Ḥamīd
58
Al Mujsí
المحصى
El Calculador
Al-Muḥṣī
59
Al Mubdí
المبدئ
El Originador
Al-Mubdiʾ
60
Al Muid
المعيد
El Restaurador
Al-Muʿīd
61
Al Mují
المحيى
El que da la vida
Al-Muḥyī
62
Al Mumit
المميت
El que quita la vida
Al-Mumīt
63
Al Jay
الحي
El Siempre Vivo
Al-Ḥayy
64
Al Caiyum
القيوم
El Autónomo
Al-Qayyūm
65
Al Wáyid
الواجد
El Constante
Al-Wājid
66
Al Máyid
الماجد
El Ilustre
Al-Mājid
67
Al Wájid
الواحد
El Único
Al-Wāḥid
68
As Samad
الصمد
El Absoluto
Aṣ-Ṣamad
69
Al Cádir
القادر
El Determinador
Al-Qādir
70
Al Múctadir
المقتدر
El que dispone todos los asuntos
Al-Muqtadir
71
Al Mucádim
المقدم
El Auspiciador
Al-Muqaddim
72
Al Muájir
المؤخر
El que pospone
Al-Muʾakhkhir
73
Al Áwal
الأول
El Primero
Al-ʾAwwal
74
Al Ájir
الأخر
El Último
Al-ʾAkhir
75
Ad Dáhir
الظاهر
El Manifiesto
Aẓ-Ẓāhir
76
Al Batin
الباطن
El Oculto
Al-Bāṭin
77
Al Waali
الوالي
El Amo
Al-Wālī
78
Al Mutaal
المتعال
El Sublime
Al-Mutaʿāl
79
Al Barr
البر
El Bondadoso
Al-Barr
80
At Tawab
التواب
El que se vuelve hacia quien Lo busca
At-Tawwāb
81
Al Muntaquim
المنتقم
El Vengador
Al-Muntaqim
82
Al Afúu
العفو
El que perdona los pecados del que se arrepiente
Al-ʿAfū
83
Ar Rauf
الرؤوف
El Clemente
Ar-Raʾūf
84
Málikul Mulk
مالك الملك
El Soberano Supremo
Mālik-ul-Mulk
85
Dul Yalali wal Ikram
ذو الجلال والإكرام
El poseedor de la majestuosidad y la generosidad
Dhū-l-Jalāli wa-l-ʾikrām
86
Al Múcsit
المقسط
El Equitativo
Al-Muqsiṭ
87
Al Yami
الجامع
El Reunidor
Al-Jāmiʿ
88
Al Ganí
الغنى
El Opulento
Al-Ghanī
89
Al Mugní
المغنى
El Suficiente
Al-Mughnī
90
Al Mani
المانع
El que priva
Al-Māniʿ
91
Ad Dar
الضار
El Creador de lo que hace daño
Aḍ-Ḍārr
92
An Nafi
النافع
El Creador de lo bueno
An-Nāfiʿ
93
An Nur
النور
La luz
An-Nūr
94
Al Hadi
الهادئ
El Creador de la guía
Al-Hādī
95
Al Badí
البديع
El Iniciador
Al-Badīʿ
96
Al Baqui
الباقي
El Eterno
Al-Bāqī
97
Al Wáriz
الوارث
El Heredero
Al-Wārith
98
Ar Rachid
الرشيد
El Maestro Infalible
Ar-Rashīd
99
As Sabur
الصبور
El Paciente
Aṣ-Ṣabūr

Títulos de las suras del Corán


No.
Transcripción
Árabe
Español
Transliteración
1
Al fátija
الفاتحة
El inicio
Al-Fātiḥah
2
Al bácara
البقرة
La vaca
Al-Baqarah
3
Aali Imrán
آل عمران
La familia de Imrán
Āl ʻImrān
4
An nisá
النساء
La mujer
An-Nisāʼ
5
Al maida
المائدة
La mesa servida
Al-Māʼida
6
Al anam
الأنعام
Los ganados
Al-Anʻām
7
Al araf
الأعراف
Los lugares elevados
Al-Aʻrāf
8
Al anfal
الأنفال
Los botines
Al-Anfāl
9
At tauba
التوبة
El arrepentimiento
At-Tawbah
10
Iunus (o Yunus)
يونس
Jonás
Yūnus
11
Hud
هود
Hud
Hud
12
Iusuf (o Yusuf)
يوسف
José
Yūsuf
13
Ar rad
الرعد
El trueno
Ar-Raʻd
14
Ibrahim
إبراهيم
Abraham
Ibrāhīm
15
Al jíyir
الحجر
Al jíyir
Al-Ḥijr
16
An nájal
النحل
Las abejas
An-Naḥl
17
Al isrá
الإسراء
El viaje nocturno
Al-Isrāʼ
18
Al kahf
الكهف
La caverna
Al-Kahf
19
Mariam
مريم
María
Maryam
20
Ta Ha
طه
Ta Ha
Ṭā-Hā
21
Al anbiyá
الأنبياء
Los profetas
Al-Anbiyāʼ
22
Al Jayy
الحج
La peregrinación
Al-Ḥajj
23
Al muminún
المؤمنون
Los creyentes
Al-Mu’minūn
24
An Nur
النور
La luz
An-Nūr
25
Al furcán
الفرقان
El criterio
Al-Furqān
26
Ach chuará
الشعراء
Los poetas
Ash-Shuʻarāʼ
27
An námal
النمل
Las hormigas
An-Naml
28
Al casas
القصص
Los relatos
Al-Qaṣaṣ
29
Al ánkabut
العنكبوت
La araña
Al-‘Ankabūt
30
Ar rum
الروم
Los bizantinos
Ar-Rūm
31
Lucmán
لقمان
Lucmán
Luqmān
32
As sayda (o As sachda)
السجدة
La prosternación
As-Sajdah
33
Al ajzab
الأحزاب
Los aliados
Al-Aḥzāb
34
Saba
سبأ
Saba
Sabaʼ
35
Fátir
فاطر
El originador
Fāṭir
36
Ia sin
يس
Ia sin
Yā-Sīn (o Yaseen)
37
As safat
الصافات
Los ordenados en filas
Aṣ-Ṣāffāt
38
Sad
ص
Sad
Ṣād
39
Az zumar
الزمر
Los grupos
Az-Zumar
40
Gáfir
غافر
El perdonador
Ghāfir
41
Fúsilat
فصلت
La descripción detallada
Fuṣṣilat
42
Ach chura
الشورى
La consulta
Ash-Shūrā
43
Az zujruf
الزخرف
Los adornos
Az-Zukhruf
44
Ad duján
الدخان
El humo
Ad-Dukhān
45
Al yáziya
الجاثية
La arrodillada
Al-Jāthiyah
46
Al ajcaf
الأحقاف
Las dunas
Al-Aḥqāf
47
Mujámmad
محمد
Mujámmad
Muḥammad
48
Al fatj
الفتح
La victoria
Al-Fatḥ
49
Al juyurat
الحجرات
Las moradas
Al-Ḥujurāt
50
Caf
ق
Caf
Qaf
51
Ad dariyat
الذاريات
Los vientos
Adh-Dhāriyāt
52
At tur
الطور
El monte
Aṭ-Ṭūr
53
An náyem
النجم
La estrella
An-Najm
54
Al cámar
القمر
La Luna
Al-Qamar
55
Ar Rajmán
الرحمن
El Compasivo
Ar-Raḥmān
56
Al waquia
الواقعة
El suceso
Al-Waqi'a
57
Al jadid
الحديد
El hierro
Al-Ḥadīd
58
Al muyádila
المجادلة
La que reclama
Al-Mujādilah
59
Al jáchar
الحشر
El encuentro
Al-Hashr
60
Al mumtajana
الممتحنة
La comprobación
Al-Mumtaḥanah
61
As saf
الصف
Las filas
Aṣ-Ṣaff
62
Al yúmua
الجمعة
El viernes
Al-Jumu`ah
63
Al munaficún
المنافقون
Los hipócritas
Al-Munāfiqūn
64
At tagabun
التغابن
El día del desengaño
At-Taghābun
65
At talak
الطلاق
El divorcio
Aṭ-Talāq
66
At tajrim
التحريم
La prohibición
At-Taḥrīm
67
Al mulk
الملك
El reino
Al-Mulk
68
Al cálam
القلم
La pluma
Al-Qalam
69
Al jaca
الحاقة
La exposición de la verdad
Al-Ḥāqqah
70
Al maárich
المعارج
Las vías de ascensión
Al-Maʻārij
71
Nuj
نوح
Noé
Nūḥ
72
Al Yinn
الجن
Los yinn
Al-Jinn
73
Al muzámil
المزمل
El arropado
Al-Muzzammil
74
Al mudázir
المدثر
El envuelto en un manto
Al-Muddathir
75
Al quiyama
القيامة
La resurrección
Al-Qiyāmah
76
Al insán
الإنسان
El ser humano
Al-Insān
77
Al mursalat
المرسلات
Los que son enviados
Al-Mursalāt
78
An nabá
النبأ
La noticia
An-Nabaʼ
79
An naziat
النازعات
Los ángeles arrancadores
An-Nāziʻāt
80
Ábasa
عبس
El ceño
ʻAbasa
81
At takuir
التكوير
El arrollamiento
At-Takwīr
82
Al infitar
الانفطار
La ruptura
Al-Infiṭār
83
Al mutafifín
المطففين
Los tramposos
Al-Muṭaffifīn
84
Al inchicak
الانشقاق
El resquebrajamiento
Al-Inshiqāq
85
Al buruch
البروج
Las grandes constelaciones
Al-Burūj
86
At tárik
الطارق
El astro nocturno
Aṭ-Ṭāriq
87
Al Áala
الأعلى
El Altísimo
Al-Aʻlā
88
Al gáchiya
الغاشية
El día que todo lo alcanza
Al-Ghāshiyah
89
Al fáyir
الفجر
La aurora
Al-Fajr
90
Al bálad
البلد
La ciudad
Al-Balad
91
Ach chams
الشمس
El Sol
Ash-Shams
92
Al lail
الليل
La noche
Al-Layl
93
Ad dujá
الضحى
El resplandor matinal
Aḍ-Ḍuḥā
94
Al inchiraj
الشرح
El sosiego
Al-Inshirāḥ
95
At tin
التين
La higuera
At-Tīn
96
Al álak
العلق
La célula embrionaria
Al-ʻAlaq
97
Al cáder
القدر
La predestinación
Al-Qadr
98
Al bayina
البينة
La evidencia clara
Al-Bayyinah
99
Az zalzala
الزلزلة
El terremoto
Az-Zalzalah
100
Al ádiyat
العاديات
Los corceles
Al-ʿĀdiyāt
101
Al cária
القارعة
El evento repentino
Al-Qāriʻah
102
At takázur
التكاثر
El afán de tener más y más
At-Takāthur
103
Al áser
العصر
El tiempo
Al-‘Aṣr
104
Al humazá
الهمزة
El difamador
Al-Humazah
105
Al fil
الفيل
El elefante
Al-Fīl
106
Curaich
قريش
La tribu de curaich
Quraysh
107
Al maún
الماعون
La ayuda mínima
Al-Māʻūn
108
Al káuzar
الكوثر
La abundancia
Al-Kawthar
109
Al kafirún
الكافرون
Los incrédulos
Al-Kāfirūn
110
An náser
النصر
El socorro
An-Naṣr
111
Al masad
المسد
Las fibras de palmera
Al-Masad
112
Al ijlás
الإخلاص
El monoteísmo puro
Al-Ikhlāṣ
113
Al falak
الفلق
El amanecer
Al-Falaq
114
An nas
الناس
Los seres humanos
An-Nās



BIBLIOGRAFÍA

Diccionario de Palabras Españolas de Origen Árabe. arabEspanol.org. 2009. (www.arabespanol.org/andalus/palabras.htm)

El árabe en la traducción al español de las Naciones Unidas: algunas consideraciones y directrices para su tratamiento coherente y homogéneo. Naciones Unidas. (conf-dts1.unog.ch/1%20SPA/Tradutek/Varios/00-Tratamiento_arabe_Anexo_ManualTraductor.htm)

Influencia del Árabe en el Español. Aula Hispánica. (www.aulahispanica.com/node/210)

Manual de Español Urgente. 18° edición corregida. Fundación del Español Urgente. Ediciones Cátedra. Madrid, España. 2008. (www.fundeu.es/manual-espanol-urgente.html)

Necesidad de una transcripción simplificada del árabe para los medios de comunicación hispanohablantes. Alberto Gómez Font. 2002. (digibug.ugr.es/bitstream/10481/2507/1/Transc-G%C3%B3mez.02.pdf)

Arabic Romanization Table. Library of Congress. (www.loc.gov/catdir/cpso/romanization/arabic.pdf)

Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española. Real Academia Española. 2010. (www.rae.es/recursos/ortografia/ortografia-2010)

Sistemas de Transliteración. Javier Bezos. Revista Panacea. 2006. (www.medtrad.org/panacea/IndiceGeneral/n23_revistilo_Bezos.pdf)

Transliteración Árabe-Español. Javier Bezos. 2005. (www.tex-tipografia.com/archive/TransArabe.pdf)

Los Nombres Sublimes de Dios. Said Abdunur Pedraza. Mensajes en la ruta. 2017. (mensajesenlaruta.blogspot.com.co/2017/01/los-nombres-sublimes-de-dios.html)

Share: