sábado, 6 de marzo de 2010

El Islam estaba en América desde el siglo XI

El Islam estaba en América desde el siglo XI



Isabel Álvarez de Toledo fue una historiadora autodidacta que se dio a conocer inicialmente por oponerse a Franco a pesar de ser de la nobleza. Se la llamó "la Duquesa Roja", aunque ella nunca se consideró de izquierda. "Luché contra la injusticia. Si la dictadura hubiese sido justa, con un dictador capaz de aguantar las críticas, me hubiese importado un pimiento", afirmó en una entrevista. Su oposición a Franco le valió pasar tiempo en prisión. En la misma entrevista, dijo al respecto:
"En la cárcel estaba media España en aquel momento, no era ningún mérito extraordinario. Cuando cayeron las bombas de Palomares, que organicé la manifestación en Madrid, mi abuela dijo: 'Es una causa de justicia y yo estoy dispuesta a ir a la cárcel con mi nieta'. Y ella era de derechas".

Sus críticas al gobierno no terminaron con el fin del franquismo. Sus opiniones políticas aparecen en varias de las entrevistas que dio en sus últimos años, así como críticas sociales y a su propia familia. He aquí algunas de ellas::
—¿La excelencia, sentido originario de aristocracia, debería ser un valor?

—La excelencia sí, pero eso no viene de nacimiento. A mí lo que me interesa de una persona no es lo que dice sino lo que hace.

—¿Está pensando en alguien?

—En Bush cuando habla de libertad. ¿Y qué es Guantánamo? Yo me creo Guantánamo; no me creo lo otro. [...]

—¿En la sociedad actual la excelencia es un valor?

—No. Se ha rebajado el honor y se han rebajado las metas. Hay que poner el listón alto e intentar llegar. Como la fama.

—¿Qué tiene que ver con la fama?

—Mucho. Se puede ser famoso por chuparle la polla a un torero o por escribir el Quijote. Si los igualamos, la gente se va a dedicar al primero. Es mucho menos complicado. Creo que los monos también lo hacen. [...]

—¿Y la política actual es excelente?

—Estamos en una dictadura disfrazada. En los años 70 no hubiese sido posible Guantánamo y hasta los rusos tuvieron que frenar el Gulag. Hay más censura que en tiempos de Franco.

—¿Más censura?

—Con Franco, a poco listo que fueras, te la saltabas. Ahora es peor porque es una censura voluntaria, una autocensura. [...]

—¿Hay desmoralización en España?

—Se ha enviciado, denigrado. Se ha creado una masa de gente sin criterio. ¿A quién votas? Porque me da igual éste que ése.

—¿Cómo se ha llegado a esto?

—Se destruyó la sociedad; se destruyó el sentido crítico. Los medios se han dedicado sistemáticamente a entontecer a la gente.

—¿Sólo los medios de comunicación?

—Luego la corrupción... Menos mal que el terrorismo les vino bien porque distrajo. [...] [1]
——¿Es cierto que la Mujer siempre ha estado ajena a lo contemporáneo o hay algo de mito en ello y existían mujeres que han tomado parte de su tiempo histórico?

—A lo contemporáneo no estamos ajenos nadie, porque estamos aquí. Los primeros telares que hay en Sanlúcar en el siglo XVI son de una señora, Isabel Losarte, de origen flamenco, a la que se le ocurre montar una fábrica. La mayor importadora de madera de abedul era una mujer zapatera. Había otra que importaba cobre y hierro para los arcabuces. Y otras estaban en su casa cosiendo. Tengo en mi página una mujer cuyo marido se había dedicado a sus labores porque ella era polvorista, estaba a sueldo de los Reyes Católicos. La mujer, como el hombre, ha hecho en función de sus habilidades. Tengo constancia documental de mujeres de todas las clases. Hoy en día tenemos jóvenes que no saben leer, ni escribir, ni hablar, y eso ha pasado siempre, con mujeres y hombres. El concepto de mujer objeto surge en el XIX. Más mujeres objetos hay hoy y nada más hay que ver la publicidad. Las mujeres ministras de Francia son todas guapas y eso es muy sospechoso.
—¿Cómo le parece la educación actual que reciben los jóvenes?

—En España lamentable. Os enseñan a memorizar, salvo en matemáticas y en química que no se puede mentir mucho, os enseñan un montón de mentiras, de estupideces, todo muy farragoso. Porque si una cosa es verdad y es lógica la entiendes en seguida. Si una cosa deja de ser lógica, sobre todo en Historia, y empieza a ser contradictoria, tu propio sentido común la rechaza y entonces te cuesta un trabajo de micos meterte en la cabeza eso. Yo en los colegios no aprendí nada, pero con mi abuelo Gabriel Maura aprendí lo que quieras y más, y de buena me he librado porque la gente termina confundiendo la realidad con la ficción. Si conoces bien la historia, hoy puedes decir lo que pasará mañana.
Como escritora, también fue una dura crítica de su sociedad. Su novela "La Ilustre Degeneración" fue rechazada por los editores (como muchos otros de sus libros), por lo que la publicó en Internet. En ella expone ampliamente la manipulación de la opinión pública por parte del poder a través de los medios.

Isabel Álvarez de Toledo destacó no sólo por su gran labor como historiadora, sino porque tenía en sus manos el archivo privado más importante de Europa, que heredó junto a un palacio y a varios títulos nobiliarios, entre ellos el más antiguo de España: Duquesa de Medina Sidonia. Ella no sólo desempolvó y catalogó el archivo, consistente en más de seis mil legajos y seis millones de documentos que reflejan la vida civil y política de parte de España en un período de ocho siglos. Además, dedicó la mitad de su vida a estudiar dicho archivo [2], y a publicar libros que han sido polémicos, pues de forma perfectamente documentada y juiciosa, desmienten algunos de los dogmas más sagrados de la historia oficial. Dogmas como el del descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón. En 1992, la duquesa publicó su libro "No fuimos nosotros", en el que afirma que el continente americano ya se conocía y se comerciaba con él mucho antes de 1492 . Trató también este tema en varias entrevistas:

—¿Colón descubrió América?

—Según los documentos no. Hay documentos que señalan que ya los Fenicios iban a América, porque ir hasta allí es lo más sencillo. El Hombre navega desde el siete mil antes de Cristo y a vela desde al menos el cuatro mil antes de Cristo. Los documentos lo dejan claro, si los historiadores no quieren verlo es problema de ellos. Quién puede negar que no fueran los americanos los que vinieron antes. El pensar que Colón descubrió América es bonito, pero también mi madre cuando leía cuentos de hadas me decía que no existían y para que no me confundiese y para mí eran una preciosidad.

—Dentro de esta documentación queda constancia de que el bautizado con el nombre de Nuevo Mundo no fue realmente descubierto en 1492 por Cristóbal Colón.

—Bueno, no sólo en esta documentación. Precisamente ahora estoy trabajando con los archivos de Simancas donde también está comprobado este hecho. En este documento y en otros de la misma índole se refleja que la gente de la costa de Huelva iba a América de una manera corriente. Personas de Palos, de Moguer e incluso de Niebla, se dirigían a este continente desde el siglo catorce por lo menos. [3]


—Acusan a este archivo de haber documentado que Colón no descubrió América y de que no hubo Descubrimiento. Y no es exactamente así, sino que aquí encontré el documento que me llevó a otros documentos que avalan esa tesis. La parte más importante de esos escritos está en Simancas.

La Duquesa murió en 2008, a su funeral no sólo asistieron sus hijos [4], sino que fue un acto multitudinario [5]. De forma póstuma, la Provincia de Cádiz declaró a Isabel Álvarez como Hija Adoptiva [6], y el Ayuntamiento de Molina de Segura (Murcia) estableció el Premio Internacional de Investigación Historiadora Luisa Isabel Álvarez de Toledo . Pero entre sus trabajos y logros, dejó como legado la publicación en 2000 del libro "África versus América. La fuerza del paradigma". Este libro, acompañado por copias de los documentos antiguos en que está basado, demuestra de manera contundente que el Islam llegó a América mucho antes que los católicos la arrasaran, expropiaran, explotaran y esclavizaran [7], con el mismo espíritu con que venían persiguiendo, expropiando, expulsando y asesinando a judíos, musulmanes, gitanos y cristianos no-católicos (unitarios y protestantes) en España  (pero no olvidemos que los protestantes terminaron haciendo lo mismo en Europa y Norteamérica [8]).

Reproduzco a continuación, la entrevista que Yusuf Fernández le hizo a la Duquesa en 2001, a propósito de la presencia musulmana en la América precolombina. Los libros "No Fuimos Nosotros" y "África vs. América" están publicados en su totalidad, incluyendo copias digitales de los mapas y documentos que los respaldan, en http://americaversus.iespana.es/.




“El Islam estaba en América desde el siglo XI por lo menos”, señala la Duquesa de Medina Sidonia en la presentación de su libro “África versus América” que tuvo lugar en el Club Internacional de Prensa de Madrid el pasado 28 de noviembre. La introducción se llevó a cabo por el presidente de honor del club, Tito Drago, quien denunció la manera en que hasta el momento se ha tratado el mito colombino. Para la Duquesa, "lo de Colón no fue más que la continuidad de un movimiento que se inició con Alfonso X el Sabio para conseguir el control de las minas de oro americanas, en competencia con Portugal y las demás naciones, y sobre todo con los musulmanes, que se encontraban bajo la autoridad del Sherife de Marruecos y que ya estaban allí con anterioridad a la llegada de Colón”. Luisa Isabel Álvarez de Toledo, Duquesa de Medina Sidonia, investiga allí donde la historia oficialmente aceptada hace aguas. Su libro África versus América, la fuerza del paradigma es el resultado de varios años de trabajo exhaustivo: localización de manuscritos, interpretación de textos y análisis comparativo de datos que la propia historia oficial no suele tener en cuenta, cuando no los oculta.

Nieta de Don Antonio Maura, polemista incansable y disidente liberal, Luisa Isabel ha vivido inmersa, durante más de treinta años, en el campo de la investigación histórica. Su discurso, sólido y sugerente, nos va ayudando a descubrir, poco a poco, que la alteración de los textos históricos por razones políticas y religiosas ha sido práctica común y que la historia que aprendimos tiene más de esas extrapolaciones que de narración cierta. Nos vamos dando cuenta, a medida que nos internamos en el texto, que aquella Historia de España que aprendimos en la escuela y en la universidad fue más fruto del consenso y de los intereses de una clase étnico-confesional, que de la voluntad de conocer un pasado que pudiésemos reconocer como más o menos nuestro.

África versus América, la fuerza del paradigma es, ante todo, un libro de historia, negada por los intereses de unos estados que se formaron a expensas de la realidad social, política y religiosa de los pueblos de la Península Ibérica. A la luz de este libro, vemos como el mantenimiento de una falsedad histórica ha servido a los intereses de un poder que se fundamentó en “la depredación de las culturas que encontraba a su paso”.

La existencia de reinos en la otra orilla atlántica en los lugares de “allen mar”, como aparecen nombrados en la documentación analizada, provoca un giro copernicano en la visión tradicional de las relaciones entre Europa y América propiciada por los historiadores afectos a los sucesivos imperios y consensos.

¿Cuál fue la razón por la que decidió escribir este libro?

La idea de escribir el libro partió de una duda, como sucede con la mayoría de los trabajos de investigación. Pude comprobar que en 1463 Enrique IV hablaba de que se habían descubierto ciertas tierras y pesquerías desde el Cabo de Aguer, en Agadir, hasta el Cabo de Bojador, ambos situados al sur de Marruecos. Sin embargo, no es posible que aquellos territorios, que eran conocidos desde antiguo, pudieran ser los descubiertos. Esto se complicó al enumerar las riquezas que estas “nuevas tierras” contenían: “quintos de moros”, arriendo de pastos y “lo que en los dichos ríos y pesquerías se pescare”. Hace cinco mil años que por aquellos parajes no corre nada más que unos modestos arroyos invernales.

Así pues, esas tierras tenían que estar por fuerza en otra parte, así que empecé a consultar documentos y me encontré con que el río era navegado por barcos de cien toneladas, con lo cual era aún más imposible que esas tierras se encontraran en el territorio africano que hoy situamos entre el Cabo de Aguer y el de Bojador. Después me encuentro la referencia a Mazagán, lugar que se sitúa a doce leguas de la desembocadura. Y me voy al Atlas de todos los días y me encuentro a Mazagán a doce leguas de la desembocadura del Amazonas. Y me digo. Aquí está el río Aguer. Luego voy encontrando más cosas y así continúe con la investigación. Es obvio que se produjo una confusión entre los continentes africano y americano.

En su libro Ud. cita y reproduce gran cantidad de documentos procedentes de archivos oficiales y privados. Me gustaría que citara uno o dos documentos que hayan sido especialmente reveladores en este trabajo.

Puedo citar especialmente la carta y sobrecarta de Enrique IV, al que he hecho referencia antes y aquéllos que le siguen (vienen reproducidos en la página 417 y siguientes del libro). También desearía mencionar los documentos del Archivo de Simancas, que están firmados por Isabel La Católica y que están fechados el 30 de abril de 1492, la misma fecha en la que se supone que fueron firmadas las Capitulaciones de Santa Fe. (Uno de ellos está reproducido en el libro en la página 466 y siguientes).

¿Y qué conclusiones pueden desprenderse de toda esta documentación?

La conclusión se va viendo a través de la investigación que está reflejada en el libro. Citaré una anécdota simple. El múrice es una concha de la que se extrae la materia prima de la púrpura. El múrice puede encontrarse en Provenza y varias regiones del Mediterráneo, pero no el que produce precisamente el color púrpura. Los múrices que dan el púrpura están en el Caribe, en el Pacífico y en el Golfo de Panamá. Sin embargo, el múrice que da el púrpura aparece en un documento de aquella época. Luego está el caucho, planta que como es sabido es de origen americano. El caucho aparece en otro documento de 1491. Hay más ejemplos de esto.

Yo no afirmo ni niego nada. Llego a unas conclusiones, evidentemente. En las ciencias experimentales, y sin duda, la historia lo es, cuando se encuentra una evidencia respaldada con pruebas se puede criticar o no, pero si es, es. La historia maneja unas pruebas propias como son los documentos, y éstos permiten llegar a conclusiones ciertas.

¿Y respecto a la presencia musulmana en América?

El Islam estaba en América desde el siglo XI, por lo menos. En el documento que se encuentra en Simancas, fechado con anterioridad al “descubrimiento”, la Reina Católica manda crear una armada para ir a partes de África y Guinea a traerle oro, esclavos y manegueta, o sea pimienta. El pimiento, nadie ha discutido, y Fernández de Oviedo, gobernador de Castilla de Oro a principios del siglo XVI, confirma, haciendo incluso un dibujo de la planta, es una planta americana. Fernández de Oviedo dice también que los nativos llamaban al cacique queví, en árabe quiere decir “grande” y rezaban en “mezquitas”. Los cronistas de Tierra Firme usan el término xeque en lugar de “cacique”. Por otro lado, en las reales instrucciones del 14 de febrero de 1502 el propio Colón se hace eco de la petición para llevar a una o dos personas que supieran árabe, en el que iba a ser su cuarto viaje.

También está documentado que Juan Castellanos, en Venezuela, peleó contra, citamos textualmente, “seguidores de la secta de Mahoma”. A ello hay que añadir que Carlos V prohibió en una provisión de 1540 que se hicieran cautivos a los musulmanes naturales, que hubieran dado vasallaje a las coronas de Castilla o Portugal, reservando la esclavitud a los que hiciesen proselitismo, desobedeciesen o fueran vasallos del Sherife (de Marruecos).

En Colombia existe una población, Cartago, que no ha perdido su nombre. Cartago era, como es sabido, una ciudad situada en el actual Túnez que fue islamizada en el siglo VII. Además, en su entorno aparecen topónimos que difícilmente pudo imaginar un castellano descubridor en el siglo XVI: Antioquía, Palmira, Armenia y Susa. Hay muchas otras pruebas que demuestran la existencia de una presencia de los musulmanes en América antes de Colón. No cabe duda de que el Islam estaba allí. El propio rey de Portugal admite en su conquista el poder del Sherife de Marruecos en América.


¿Por qué se ha negado esta realidad? ¿Por la negativa a reconocer la influencia islámica?

Probablemente, y además por la negativa a aceptar que en la Edad Media los españoles no estaban tan vinculados al catolicismo como se quiere hacer creer. Si cogemos los documentos de la Edad Media vemos que esto no era así. Había muchos conversos forzosos, que eran en realidad musulmanes o judíos ocultos. En 1465, Enrique IV, que acababa de tener una pequeña guerra, dicta una sentencia que supuso por primera vez una modificación del fuero ordenando que musulmanes y judíos fueran recluidos en guetos, llevasen señales en sus ropas, abandonasen sus oficios, y que se hiciese inquisición contra los conversos que no viviesen como cristianos. El resultado fue que las cortes usaron por última vez el derecho de auto convocarse. Se reunieron en Ávila y en julio destronan a Enrique y pusieron en su lugar a su hermano, Alfonso XII, rey que por cierto ha sido borrado de la Historia.

¿Qué dificultades ha tenido para llevar a cabo esta investigación?

En un primer momento ninguna. Trabajé en los archivos de Simancas, en el de Indias y en el de Toledo. Tuve que esperar bastante por algunas partidas, pero al final llegaron. Otros tres o cuatro documentos del Archivo de Simancas no me llegaron, pero no importa. Me pude arreglar sin ellos. Pude comprobar que algunos documentos que se daban por perdidos están catalogados. Otros documentos, que eran iguales, tenían el mismo número, concretamente uno que hacía referencia a Colón. Curiosamente, en él hay una anotación: “Ojo, cuidado” escrita en él. Pude también conseguir algunos documentos a través de otros investigadores. En este momento si pido algún documento a Simancas u otro archivo nacional, no me lo facilitan, e incluso me ponen pegas para la entrada. He recibido después algunas amenazas, pero eso no me ha impedido seguir adelante.

Luego vinieron las dificultades para la publicación. Si la editorial de la Junta Islámica no me hubiese publicado el libro, éste probablemente no hubiera visto la luz. Posteriormente, ha habido intentos de tergiversar lo que digo en este libro, rumores que ponen en mi boca cosas que no he dicho, notas de prensa difamatorias. A ellos les preguntaría por qué no continúan esta investigación y si quieren refutarme, que encuentren documentos que prueben lo contrario. Así podríamos contribuir al esclarecimiento de la verdad y al levantamiento de ese edificio de la ciencia histórica.


¿Resulta raro que un libro de estas características no despertara el interés de las editoriales?

La censura en las editoriales españolas es brutal. Yo he tenido que retirar un libro de Martínez Roca, después de haberse anunciado ya una fecha para su publicación, porque me habían cortado medio libro.

Y en lo que respecta a su propio archivo, uno de los mejores de España, ¿ha tenido problemas?

En lo que se refiere a mi archivo, me lo han querido quitar, me lo han querido estropear; el Estado quiere comprármelo para meterlo en Toledo, donde como es sabido sólo se pueden pedir los documentos que están catalogados a través de fotocopia, lo cual impide encontrar los documentos que se quieran ocultar.

¿Cómo es posible que toda esta documentación que existe en los archivos españoles, y que se salvó de la destrucción, no haya sido difundida públicamente o servido para elaborar otras investigaciones en todo este tiempo? ¿Cree Ud. que existe interés en mantener una serie de mitos históricos tales como el Descubrimiento o la Reconquista con fines políticos?

Bueno, esta documentación ha sido revisada por alguien como muestra la anotación “Ojo cuidado” en un documento, que he reproducido íntegro en el libro. Podía haber reproducido el otro documento idéntico pero quise que la gente supiera este hecho. En realidad no he descubierto nada. Todo estaba allí. Simplemente he tirado de la manta. Sin embargo, queda mucho por investigar. Yo no he utilizado más que aproximadamente un 50% de la documentación que me ha llegado, pero existe más en Inglaterra, en Portugal, en los países nórdicos, en Italia. Hay todavía mucho que hacer para poner la historia en su sitio. Así entenderemos mucho mejor nuestro pasado y, por extensión, nuestro presente, que buena falta nos hace. La historia de España oficial que se ha enseñado durante siglos es una pura falacia. Está hoy documentado que los Reyes Católicos corrigieron las crónicas que existían sobre los reyes anteriores y a uno de los que se “cargan” es a Navarrete. Felipe II hizo lo propio. Y creo que esto ha llegado hasta hoy. Precisamente ahora acaban de publicar un libro, del que sí ha hablado toda la prensa, rehabilitando a Alfonso VI de la sospecha del asesinato de su hermano Sancho, cuando lo más normal en aquella época era que los hermanos se matasen entre sí para evitar el tener que repartirse el reino unos con otros. Ese intento de “rehabilitar” a Alfonso VI es una cosa de locos, pero habría que preguntarles a ellos por qué les ha entrado esa locura.

Carlos V hizo lo mismo también en 1536 con los mapas. Había una razón para eso. En aquél momento estaba teniendo lugar la Reforma Protestante y se había perdido una gran parte del miedo que existía hacia la Iglesia Católica. Entonces al no respetar los estados los compromisos patrocinados por la Iglesia, que había dividido los dominios de América entre las coronas española y portuguesa, el único argumento que les queda a éstas para quedarse con el oro americano es la fuerza moral que les otorgaba el descubrimiento, y por eso era preciso borrar cualquier huella que existiera anteriormente que contradijera esa versión.


Resulta de todos modos escandaloso que esta política de ocultamiento de la verdad histórica oficial continúe existiendo todavía hoy. Por ejemplo, en Estados Unidos son desclasificados incluso documentos que afectan a la historia muy reciente.

Estados Unidos, el país de Washington, Jefferson etc., ha sido otra cosa. No se puede comparar. Le pondré un ejemplo. A mí, como presidenta del archivo de Medina Sidonia, se me trajo un escrito para que lo firmase. En ese escrito se decía que me comprometía a no exhibir ningún documento que fuese contra la reputación, buen nombre o fama de las personas. Se me pusieron los ojos como bolas y pregunté. “¿Esto se referirá a los 50 años pasados, verdad?. Sobre esto en el archivo de Medina Sidonia no hay nada”. Se me respondió: “No, se refiere a cualquier cosa que atente contra el buen nombre de España, de los reyes y tal”. Yo contesté: “¿Incluyendo a Mauregato?”. Éste era alguien que había matado a todos sus hermanos como era la costumbre en esa época. Me negué a firmar. Y ésta es una de las causas de los problemas que ha tenido la Fundación de Medina Sidonia.

¿Quién le presentó ese documento?

La Junta de Andalucía, más concretamente la encargada de Archivos y Bibliotecas. Me he quedado con una copia del documento que me presentó para firmar. Ese documento está firmado en todos los archivos nacionales por todos los directores.

Entrevista a Isabel Álvarez de Toledo, por Yusuf Fernández - Fuente: Revista Amanecer del Nuevo Siglo

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NOTAS


[1] http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2008/654/1209247208.html

[2] http://socialescepcor.wordpress.com/2010/02/23/el-archivo-ducal-de-medina-sidonia

[3]http://rafaeldelarosa.blogia.com/2007/020201-entrevista-a-la-duquesa-de-medina-sidonia.php

[4] http://www.hola.com/famosos/2008/03/10/medina-sidonia

[5] http://www.diariodecadiz.es/article/ocio/73529/multitudinario/adios/la/duquesa/medina/sidonia/sanlucar.html

[6] http://www.soitu.es/soitu/2008/03/19/info/1205955813_678136.html

[7] http://elrojodelsur.blogspot.com/2008/10/el-descubrimiento-de-amrica-fue-una.html

[8] http://www.clubdellector.com/articulos.php?id_articulos=460.


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