domingo, 31 de julio de 2011

La Comunicación en un Entorno Jerárquico

LA COMUNICACIÓN EN UN ENTORNO JERÁRQUICO

Traducción: Said Abdunur Pedraza



En su libro Fueras de serie: Por qué unas personas tienen éxito y otras no [Taurus Ediciones, 2009. En inglés, Outliers, 2008], Malcolm Gladwell dedica un capítulo a averiguar por qué los aviones comerciales se accidentan. Nuestro entendimiento común es que algo va terriblemente mal con la mecánica del avión, una explosión en los motores, o algo de esa naturaleza, o la desventura de un clima inclemente, una tormenta terrible y una turbulencia inmanejable que lanza al avión a su trágico final. “El avión comercial típico —en este momento de su estado de desarrollo— es casi tan confiable como una tostadora,” descubrió Gladwell.

Tomemos un minuto para considerar lo que la investigación del autor revela: En un accidente típico, “el clima es malo —no terrible,” el avión casi siempre está atrasado para su arribo (por lo que el piloto tiene afán en aterrizar), el piloto está un tanto agotado, y el equipo de pilotos y oficiales no han volado juntos antes de modo que no están familiarizados unos con otros. Estas son las características regulares de un accidente aéreo típico. Pero hay otra característica regular en las colisiones aéreas, y es que involucran “siete errores humanos consecutivos… [pero] raramente son problemas de conocimiento o habilidad de vuelo. No es que el piloto tenga que negociar alguna maniobra técnica crítica y falle, el tipo de errores que producen accidentes de avión son invariablemente errores de trabajo en equipo y comunicación.” Y no ocurre cualquier tipo de interrupción de la comunicación.

El problema aquí es que la cultura de la aviación, particularmente en la cabina de mando, mantiene un tipo de jerarquía: capitán, primer oficial, ingeniero de vuelo. En este tipo de estratificación, la gente en la cabina bajo el capitán encuentra difícil comunicarse abiertamente, con honestidad, y más importante, tienen dificultades para hacer ver lo que consideran correcto, contradiciendo o secundando al oficial de rango mayor.

Esta dinámica de comunicación es complicada por el amplio contexto cultural del que provienen los empleados de las aerolíneas. En las décadas de 1960 y 1970, el psicólogo alemán Geert Hofstede creó un índice que medía el grado en el que las culturas de todo el mundo valoran y respetan la autoridad, que él llamó el Índice de Poder a Distancia (PDI por sus siglas en inglés). Tendría sentido entonces, que los países que tienen un elevado índice de poder a distancia mostraran un nivel desproporcionadamente alto de accidentes aéreos. No es de sorprender que Corea del Sur, un país que se posicionó como el segundo más alto en la escala de PDI, fuera un país con una enorme cantidad de accidentes de avión. La palabra clave aquí es “fuera.” En el transcurso de una década, las Aerolíneas Coreanas tuvieron una tasa de accidentes 17 veces mayor que United Airlines, pero desde 1999, su registro de seguridad ha sido inmaculado. Esto se debe a que renovaron su capacitación a pilotos de modo que todos los oficiales en la cabina de mando se sintieran cómodos comunicándose y haciéndose valer cuando la situación lo ameritaba. No es que se acabara la jerarquía, y de nuevo, esto es clave. La jerarquía de capitán, primer oficial y demás, se mantiene como la norma en la aviación, y de hecho es necesaria para un vuelo exitoso. Las aerolíneas comerciales sencillamente la modificaron para acomodarla a un espacio cómodo donde es necesario que la comunicación fluya con facilidad.

El punto que estoy tratando de mostrar es que si la comunicación apropiada juega un papel tan crucial en algo tan serio como los accidentes aéreos, entonces qué tan importante puede ser en todas las relaciones que mantenemos en el transcurso de nuestras vidas. Y en el corazón de estos hallazgos se encuentran las enseñanzas del Profeta, que las bendiciones y la paz de Dios sean con él. Este punto central es que la gente que trabaja en conjunto, o que convive, o que viaja en grupo, o están casados, o cualquiera que sea el caso, debe tener un sistema de comunicación en el que los miembros de su grupo no sólo se sientan cómodos para hablar cuando es necesario, sino que se sientan obligados a hacerlo, independientemente de su posición dentro del grupo. El Islam sostiene la jerarquía, pero la jerarquía está basada en criterios específicos y comprobados por las advertencias.

Si miramos las declaraciones del Profeta en cuanto a la jerarquía, ellas contienen una sabiduría que nadie distinto al Profeta de Dios puede reclamar. Él dice a sus compañeros que siempre que se reúnan en grupo de 3 o más, deben nombrar a un líder entre ellos. Entre marido y mujer el esposo lidera, y entre un padre y su hijo, el padre mantiene la autoridad. Pero el Profeta Mujámmad, que las bendiciones y la paz de Dios sean con él, enseñó que la autoridad nunca es absoluta. Cuando la obediencia a Al-Lah y/o al Mensajero de Dios están en juego, la desobediencia al líder es obligatoria, si bien el respeto y buen trato deben mantenerse. Y va un paso más allá. El seguidor del Islam sabe que si sabe más es mejor que hable. El mejor ejemplo de esto se encuentra en las oraciones que se recitan en voz alta en congregación. Si el mejor recitador del Corán o el más renombrado erudito en el mundo está liderando un grupo de gente en la oración y comete un error, el niño más pequeño de la congregación, si sabe al respecto, no sólo puede sino que debe corregir al Imán. Mucho o poco índice de poder a distancia, así es como funciona.

Si la gente a tu alrededor mantiene prácticas, una jerarquía de creencias e ideas, que ignoran las enseñanzas de Al-Lah y Su mensajero, deben también ser nivelados por aquellos que saben más o quieren practicar mejor.

Eso no es ego, es justicia. El Profeta, que las bendiciones y la paz de Dios sean con él, dijo en un jadiz muy repetido: “Quien de vosotros vea un hecho repudiable, que lo cambie con su mano, si no pudiera entonces con palabras, y si no pudiera, entonces (lo repruebe) en su corazón, y esto es lo más débil de la fe.”

En el caso de Aerolíneas Coreanas, ellos contrataron a un foráneo para que fuera y cambiara la forma como se comunicaban los pilotos coreanos. Según el autor, la cosa más importante que este foráneo hizo fue no someterse a los aspectos más arraigados del legado cultural de Corea del Sur que no funcionaban bien en esta circunstancia. En una entrevista con Katie Couric en la que Gladwell comentó sobre este capítulo, dijo que Corea “tiene esta cultura muy jerarquizada, que en 9 de 10 ocasiones es algo hermoso,” pero en este caso era una debilidad seria. Hago un llamado a los Musulmanes a ser honestos respecto a nuestra propia debilidad cultural puesto que la cultura no es Din, no es religión. La cultura acumula cualidades malas tanto como buenas. Nuestra lealtad es a la verdad, la justicia y la moralidad, no a la cultura.

La analogía que me gustaría hacer aquí es a la cultura de la India respecto a problemas de intimidad sexual. Los Musulmanes indios han desarrollado una cultura en la que la gente no puede hablar de la intimidad en absoluto, en especial los padres con los hijos. De modo que mucha gente joven llega a relaciones maritales completamente inconscientes de la sabiduría valiosa y los consejos que podrían ayudarlos inmensamente. Si el idioma prohíbe la comunicación abierta e incluso modesta de la intimidad en conversaciones, entonces debes superarlo y hacer algo que la facilite, así como hizo el asesor de Aerolíneas Coreanas, David Greenberg, quien hizo que los miembros del equipo de la cabina de mando aprendieran inglés para superar “la jerarquía coreana claramente definida: deferencia formal, deferencia informal, contundente, familiar, íntima y plana.”

Aquí también, la intención cuenta. La intención de los oficiales de Aerolíneas Coreanas era que no murieran personas en accidentes aéreos (y proteger sus aviones), y la intención entre los Musulmanes con costumbres indias debe ser preparar a la gente para tener matrimonios saludables.

Aunque la historia de Aerolíneas Coreanas comienza con mucha angustia, termina con lo que Gladwell llama un milagro, un giro completo para la empresa. Esto nos demuestra que el cambio puede ocurrir, y que sucede si la gente está dispuesta a hacer ese cambio.

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jueves, 14 de julio de 2011

Islam: Religión o política, avance o retroceso

Islam: Religión o Política, Avance o Retroceso


Autor: Said Abdunur Pedraza


Para cualquier musulmán que entiende el Islam como una forma de vida completa, resulta irritante que la sociedad laica pretenda que viva su creencia sólo en la intimidad. Pero quizás resulte totalmente desconcertante que alguien que se autodenomine musulmán, afirme que el Islam es sólo una religión, no una política u otra cosa.

El concepto de religión en la sociedad occidental actual, se reduce a la visión liberal masona de que la religión es una mística que se desarrolla en el fuero interno de cada individuo. La sociedad laica se vanagloria de defender la “libertad de culto,” según la cual, cada quien puede creer lo que quiera, profesar la religión que le parezca, siempre y cuando se comporte como cualquier otro miembro materialista, consumista e individualista de la maquinaria opresiva que mantiene a más de 1.000 millones de personas con hambre crónica en todo el mundo (25.000 muertes diarias por hambre), mientras unos pocos derrochan millones en objetos de colección y lujos desaforados.

Pero, ¿acaso esta sociedad permite que los grupos religiosos se rijan por sus propias leyes? Eso sí sería verdadera libertad religiosa. Esa fue la libertad religiosa que se vivió por unos 1.000 años en la sociedad islámica, donde judíos y cristianos tenían sus propios tribunales y se regían por sus propias leyes.

En resumen, el Islam no es una religión según la definición actual del término. Entonces, ¿qué es el Islam? Definirlo es fácil, pero explicarlo en detalle es una tarea mucho más ardua. Por eso, he querido dejar esta recopilación de enlaces a artículos que tratan diversos aspectos del Islam.

Invito, pues, a todos y a todas a que conozcan el Islam. Cada vez somos más musulmanes en el mundo, y en particular en toda América, y la mejor forma en que los miembros de otras religiones y nosotros podamos convivir en paz, es conociéndonos de buena fuente, y no dejando que los medios masivos de comunicación nos vendan su visión trastornada de las cosas.


El Islam es ciencia:


El Islam es ecología:



El Islam es resistencia:
Musulmanes Albanos que Rescataron Judíos Durante el Holocausto.

El Islam es igualdad entre las razas y etnias:
Malcolm X.

El Islam es equidad de género:



El Islam es revolución:


El Islam es paz espiritual:


El Islam es la razón real de vivir, dignifica al ser humano y a la vida misma dándoles sentido:


El Islam es contacto entre los pueblos, exploración sin ánimos de conquista:


El Islam es parte de la historia de los pueblos americanos:


El Islam es la luz civilizadora:


El Islam está en todo el mundo:

El Islam es libertad:


El Islam es paz y justicia:

El Islam es el camino de rectitud y buen ejemplo para la humanidad:


El Islam está en los orígenes de todas las religiones:

Y aunque sea atacado con mentiras y calumnias, el Islam se mantiene vivo, y su mensaje original se mantiene intacto:



De hecho, los que atacan al Islam, terminan ayudando a que se expanda más:


Todo esto es el Islam, un completo sistema socio-económico-político-religioso que ha sido capaz de crear por sí solo, una de las mayores, más luminosas y más exitosas civilizaciones de todos los tiempos.


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martes, 12 de julio de 2011

Mujámmad, el más grande de los revolucionarios

MUJÁMMAD, EL MÁS GRANDE DE LOS REVOLUCIONARIOS

Por: Al-Maududi.

Fragmentos del libro “Los Principios del Islam”, publicado en 1977 por el Centro Islámico de Granada


En el desfile de la historia, la silueta sublime de esta personalidad maravillosa domina desde tan alto a todos los grandes hombres de todos los tiempos, que todos los héroes nacionales parecen enanos en comparación con él. Ninguno de ellos poseía un genio capaz de dejar una impresión profunda en más de dos o tres dominios de la vida humana. Algunos fueron brillantes teóricos, pero no consiguieron aplicar sus ideas. Otros fueron hombres de acción a los cuales el saber les faltaba... Algunos son célebres estrategas, otros se han inclinado sobre un aspecto particular de la vida, rechazando por este hecho los demás aspectos. Algunos han consagrado su energía a verdades éticas y espirituales, pero han ignorado la economía y la política. Otros se han ocupado de la política y la economía, pero han rechazado la moral y la vida espiritual. En resumen, se encuentran héroes que son expertos en una sola rama de la actividad humana. Él es el único ejemplo de personalidad en que todas las excelencias se encuentran combinadas. Es un filósofo y un profeta, y también el símbolo vivo de sus propias enseñanzas. Es un gran hombre de estado, y un genio militar; un legislador al mismo tiempo que un maestro de moral; una luz espiritual y un guía religioso. Su visión penetra en todos los aspectos de la vida y no hay nadie que mejore su pensamiento. Sus órdenes y sus mandatos cubren un dominio ilimitado, desde la reglamentación de las relaciones internacionales hasta costumbres de la vida cotidiana como beber, comer y la higiene. Ha establecido un equilibrio tan raro en los aspectos divergentes de la vida que no se puede encontrar ninguna falta, deficiencia o laguna. ¿Se puede citar otro ejemplo de una personalidad tan perfecta y universal?

La mayor parte de las personalidades célebres del mundo han supuesto ser producto de su medio ambiente. Pero su caso es único. Sus alrededores no parecen haber tenido ninguna influencia en la formación de su personalidad. No ha podido ser probado nunca que, históricamente, su nacimiento fuese sincronizado con el orden de las cosas de Arabia de esa época. Lo que se puede decir a lo sumo, es que Arabia en las circunstancias en que se encontraba entonces, tenía una gran necesidad de una personalidad que fundiera en una sola nación las tribus rivales y sentara las bases de su solidaridad y de su bienestar económico, introduciendo a otros países bajo su dominio. En resumen, un guía nacional que tuviera todas las características de un árabe de aquel tiempo, y que gracias a la crueldad y la opresión, la sangre derramada, el engaño y la hipocresía, o no importa qué medio bueno o malo, hubiera enriquecido a su propio pueblo y dejado un reino de herencia a sus sucesores. No se puede probar ninguna otra necesidad histórica de Arabia en esa época.

A la luz de la filosofía Hegeliana de la historia o del materialismo histórico de Marx, no puede decirse más que la época y las condiciones exigían el nacimiento de un jefe que pudiera crear una nación y fundar un imperio. Pero la filosofía de Hegel o de Marx no pueden explicar cómo tales condiciones han podido producir un hombre cuya misión fue enseñar la moral más elevada, purificar a la humanidad de todas sus impurezas, borrar los prejuicios y las supersticiones de esa época de ignorancia y de tinieblas, que miró más allá de los compartimientos estancos de la raza, nación y del país, que en práctica, y no en teoría, puso las transacciones comerciales, la vida cívica, la política y las relaciones internacionales sobre bases morales y produjo un sistema tan equilibrado y moderado entre la vida mundanal y el proceso espiritual, que es considerado, hasta hoy día, como una obra maestra de sabiduría y de previsión, todo como en el tiempo en que estaba con vida. ¿Se puede honestamente llamar a tal persona producto de las tinieblas omnipresentes de Arabia?

No solamente no apareció como producto de su medio ambiente, sino que cuando se examina su misión, no se puede más que deducir que, en efecto, él trasciende a todas las limitaciones del tiempo y del espacio. Su visión franquea todas las barreras temporales y físicas, atraviesa los siglos y los milenios y comprende la esencia misma de la actividad y de la historia humanas.

No es de los que la historia aparta en el olvido, y no es alabado simplemente porque fue un gran hombre de su tiempo. Es un jefe único e incomparable de la humanidad actual, cualquiera que sea el siglo y la época. Verdaderamente sus enseñanzas son actuales, cualquiera que sea la época.

Los que la gente bautiza “artífices de la historia” son solamente “criaturas de la historia”. En efecto, en toda la historia de la humanidad, él es el único ejemplo de “artífice de la historia”. Se pueden pasar por la criba las condiciones históricas en las cuales vencieron las grandes personalidades que han llevado revoluciones, y se darán cuenta que en todos los casos las fuerzas renovadoras reunían sus ímpetus a la vista de una revolución, se orientaban en una determinada dirección y no esperaban más que el momento propicio para estallar. Preparando estas fuerzas a tiempo para la acción, el líder revolucionario representaba el papel de un actor para el cual se ha previsto de antemano una escena y un papel. Por otro lado, entre todos los “artífices de la Historia” y las figuras revolucionarias de todas las épocas, él fue el único que debía encontrar los medios de reunir los materiales en vista de una revolución, que debía conocer la clase de hombres de los que había tenido necesidad para sus designios, porque el espíritu mismo de la revolución y todos sus accesorios eran inexistentes en el pueblo donde su suerte fue echada.

Su poderosa personalidad produjo una impresión indeleble en los corazones de miles de sus discípulos, y les formó en su idea. Por su voluntad de hierro, preparó el terreno para la revolución, modelando la forma y los tratos, y dirigió los acontecimientos ordinarios en la dirección que deseaba. ¿Se puede citar otro ejemplo de un autor histórico tan excepcional o de cualquier revolucionario tan brillante?

Se puede meditar en eso, y preguntarse cómo en ese período de tinieblas de hace más de 1.400 años, en una región tan oscura como Arabia, un comerciante y pastor árabe analfabeto llegó a poseer tal luz, saber, poderío, capacidades y virtudes morales tan desarrolladas.

Se puede decir que no hay nada de particular en su mensaje. Es el producto de su propio espíritu. Si hubiera sido así, entonces hubiera podido proclamarse dios. Y si hubiera hecho tal afirmación en esa época, los pueblos de la tierra, que no vacilaban en llamar dios a Krishna y Buda, y a Jesús Hijo de Dios, por pura imaginación, y que podían sin escrúpulos adorar las fuerzas de la naturaleza, el fuego, el agua, el viento, habrían voluntariamente reconocido en una personalidad tan asombrosa como Mujámmad (Bendiciones y Paz de Dios sean con él) como el Señor mismo.

Pero he ahí que él afirmó precisamente lo contrario. Porque proclamaba: “Yo soy un ser humano como vosotros mismos. Yo no os he aportado nada de mi propia iniciativa. Todo esto me ha sido revelado por Dios. Todo lo que yo pueda poseer le pertenece. Este mensaje, del que la humanidad entera no es capaz de producir un equivalente, es el mensaje de Dios, no es producto de mi propio espíritu. Todas sus palabras me han sido inspiradas por Él, y toda la gloria viene de Él. Todos los actos maravillosos que hablan en mi favor a vuestros ojos, todas las leyes que yo he dado, todos los principios que he anunciado y enseñado, ninguno viene de mí. Yo sería, en efecto, incapaz de producir tales cosas con el único poder de mis capacidades personales. Yo busco los mandatos divinos en todas las cosas. Todo lo que ordeno, yo lo he hecho, todo lo que Él dicta, yo lo proclamo.”

¡Qué maravilloso y viviente ejemplo de franqueza, de integridad, de verdad y de honor! Un mentiroso o un hipócrita tratarían generalmente de atribuirse todo el crédito de las acciones de los demás, incluso cuando la falsedad de lo que dice puede ser fácilmente probada. Pero este gran hombre no se apropió del crédito de estas hazañas, incluso cuando nadie podía contradecirle, pues no era posible descubrir la fuente de su inspiración. [...]

[...] La vida y las enseñanzas de los Profetas (la Paz de Dios sea con todos ellos) son los faros que guían al pueblo en el Camino Recto, y también que sus enseñanzas y sus mandatos estén vivos durante mucho tiempo, y esté él también de alguna forma, vivo. La muerte verdadera de un Profeta consiste no en su muerte física, sino en la litigación de sus enseñanzas y la interpolación de sus mandatos.

Los Profetas antiguos han muerto porque sus discípulos adulteraron sus enseñanzas. Interpolaron sus instrucciones y apagaron su vida ejemplar atribuyéndoles acontecimientos ficticios.

Ninguno de los antiguos libros —Torá de Moisés (P), Salmos de David (P), Evangelio de Jesús (P)— existe hoy día en su texto original, e incluso sus discípulos confiesan que no poseían los originales. Las biografías de los antiguos profetas están totalmente mezcladas con ficción hasta el punto que un informe preciso y auténtico de sus vidas es un hecho imposible. Sus vidas han llegado a ser cuentos y leyendas y no se puede encontrar en ninguna parte un informe digno de fe. No solamente porque los relatos han sido perdidos y sus preceptos olvidados, sino porque no se puede incluso saber con certeza dónde y cuándo tal o cual Profeta nació y fue educado, cómo vivió y qué código dio a la humanidad. [...]

Juzgando los hechos sobre estos criterios, nadie puede negar que Mujámmad (ByP) y sus enseñanzas siguen vivos. Sus enseñanzas están inalteradas e inalterables. El Corán —el libro que ha dado a la Humanidad— existe en su texto original sin que le falte ni una jota. El relato completo de su vida (sus palabras, sus instrucciones, sus acciones) es conservado con una exactitud total, y aunque hayan transcurrido más de 14 siglos, su delineación en la historia es tan clara que nos parece verla con nuestros propios ojos. Ninguna biografía ha sido tan bien conservada como la de Mujámmad (ByP), el Profeta del Islam. En todas las fases de nuestra existencia, podemos buscar los mandatos de Mujámmad (ByP) y tomar ejemplo de su vida. Por esto, no hay necesidad de otro Profeta después de Mujámmad (ByP), el último de los Profetas.

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